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Menaion - 21 de Noviembre

La Entrada de la Santísima Theotokos

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VÍSPERAS

SACERDOTE

Bendito sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

CORO: Amén.

Mientras se lee el salmo introductorio (103/104), el sacerdote, con la cabeza descubierta, se coloca frente a la Santa Mesa o frente al icono de Cristo en la solea, y recita en silencio las oraciones del encendido de las lámparas.

LECTOR

Vengan, adoremos y prosternémonos ante Dios nuestro Rey.

Vengan, adoremos y prosternémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.

Vengan, adoremos y prosternémonos ante el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.

Salmo 103 (104)

Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. Extiendes los cielos como una tienda, construyes tu morada sobre las aguas; las nubes te sirven de carroza, avanzas en las olas del viento; los vientos te sirven de mensajeros; el fuego llameante, de ministro. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas; pero a tu bramido huyeron, al fragor de tu trueno se precipitaron, mientras subían los montes y bajaban los valles: cada cual al puesto asignado. Trazaste una frontera que no traspasarán, y no volverán a cubrir la tierra. De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes; en ellos beben las fieras de los campos, el asno salvaje apaga su sed; junto a ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto. Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda; haces brotar hierba para los ganados, y forraje para los que sirven al hombre. Él saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón; y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas. Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que El plantó: allí anidan los pájaros, en su cima pone casa la cigüeña. Los riscos son para las cabras, las peñas son madriguera de erizos. Hiciste la luna con sus fases, el sol conoce su ocaso. Pones las tinieblas y viene la noche, y rondan las fieras de la selva; los cachorros rugen por la presa, reclamando a Dios su comida. Cuando brilla el sol, se retiran, y se tumban en sus guaridas; el hombre sale a sus faenas, a su labranza hasta el atardecer. Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas. Ahí está el mar: ancho y dilatado, en él bullen, sin número, animales pequeños y grandes; lo surcan las naves, y el leviatán que modelaste para que retoce. Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo: se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes; escondes tu rostro, y se espantan; les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras, cuando Él mira la tierra, ella tiembla; cuando toca los montes, humean. Cantaré al Señor, tocaré para mi Dios mientras exista: que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. Que se acaben los pecadores en la tierra, que los malvados no existan más. ¡Bendice, alma mía, al Señor!

El sol, que conoce su ocaso; pones las tinieblas y viene la noche.

Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría. [CA-SAOGM]

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

¡Aleluya, aleluya, aleluya! Gloria a ti, oh Dios. (3 veces)

La esperanza nuestra, oh Señor, gloria a ti.

LETANÍA DE LA PAZ

DIÁCONO

En paz, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por la paz de lo alto y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las santas Iglesias de Dios y la unión de todos, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por esta santa morada y por todos los que en ella entran con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por los cristianos piadosos y ortodoxos, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por nuestro arzobispo (N.), el honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo el clero y el pueblo, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por nuestra piadosa nación, por toda autoridad y poder roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por esta ciudad (Monasterio, Pueblo, o Isla), por toda ciudad y país, y por los fieles que en ellos habitan, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por un clima benéfico, por la abundancia de los frutos de la tierra y por tiempos pacíficos, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por quienes viajan por mar, tierra o aire, por los enfermos, los afligidos, los cautivos y por su salvación, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por nuestra liberación de toda tribulación, ira, peligro y necesidad, roguemos al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.

CORO: A ti, Señor.

SACERDOTE

Pues a ti se debe toda gloria, honor y adoración: al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

CORO

Tono 1.

Señor, a Ti he clamado, óyeme; óyeme, oh Señor. Señor, a Ti he clamado, óyeme; escucha la voz de mi oración, cuando Te invoque. Óyeme, oh Señor. [SAOGM]

Sea enderezada mi oración como incienso delante de Ti, y mis manos elevadas como sacrificio vespertino. Óyeme, oh Señor. [SAOGM]

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Pon, Señor, una guardia ante mi boca y vigila la puerta de mis labios.

Mi corazón no inclines a obras malas.

Que en negocios oscuros no me meta con los que hacen el mal. ¡No me dejes probar sus deleites!

Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá a la cabeza.

Mi oración denunciará siempre sus crímenes. Sus jefes fueron echados desde el peñón.

Comprendieron entonces que hablaba con bondad. Cuando la tierra se abrió a sus pies, sus huesos tapizaron la entrada del infierno.

Por lo tanto, oh Señor, hacia Ti vuelvo mis ojos, en Ti me refugio, no expongas mi vida.

Protégeme del lazo que me han tendido, de las trampas de los que hacen el mal.

Que en sus propias redes caigan los impíos mientras que sólo a mí se me abre paso.

Al Señor le imploro a grandes voces, al Señor le suplico a grandes voces.

En su presencia explayo mi lamento y ante Él relato mi aflicción.

Cuando en mí desfallece mi espíritu, pero Tú, ¿no conoces mi sendero?

En el camino por donde pasaba ocultaron una trampa.

Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce.

Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida.

¡A Ti clamo, Señor, a Ti Te digo: “Tú eres mi esperanza, mi parte en la tierra de los que viven!”

Atiende a mi clamor porque estoy muy decaído.

Ponme a salvo de mis perseguidores, que son más fuertes que yo.

Sácame de la prisión para que dé gracias a tu nombre.

Una ronda harán los justos en torno a mí al saber los favores que me has hecho.

Desde el abismo clamo a Ti, Señor. ¡Señor, escucha mi voz!

¡Que tus oídos pongan atención al clamor de mis súplicas!

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Stijera de la fiesta.

Del Menaion - - -

Tono 1.

Ὢ τοῦ παραδόξου θαύματος.

Señor, si no Te olvidas de las faltas, ¿quién podrá subsistir? Pero de Ti procede el perdón. [SAOGM]

¡Regocijémonos, hoy, Oh fieles! Y cantemos al Señor con salmos y alabanzas; Venerando Su Tabernáculo Santo, el Arca viviente que contuvo al Verbo que no puede ser contenida. Porque Ella, es ofrecida en la carne al Señor, como niña y en modo sobrenatural; Y Zacarías, el sumo sacerdote, con regocijar la recibe siendo Ella la morada de Dios. [AM]

Espero, Señor, mi alma espera, confío en tu palabra; mi alma cuenta con el Señor. [SAOGM]

Hoy, el Templo Vivo de la Gloria Santa de Cristo nuestro Dios, Ella quién es la Única Pura y Bendita, es ofrecida en el templo de la ley, Para habitar en el Santuario. Hoy Joaquín y Ana se regocijan, en el espíritu con Ella, y los coros de las vírgenes, con himnos alaban al Señor, honrando a Su Madre. [AM]

Como confía en la aurora el centinela, así Israel confíe en el Señor. [SAOGM]

¡Oh Virgen Madre de Dios! Tú eres la proclamación de los profetas; Gloria de los apóstoles, Orgullo de los mártires y la Renovación de género de todos los terrenales. Porque, por Ti, nos hemos reconciliado con Dios. Por lo tanto, honramos Tu Entrada en el Templo del Señor; Y todos nosotros, con el saludo del ángel Te exclamamos: “¡Salve! Tú Oh Honorabilísima, Pues con Tus Intercesiones seremos salvados”. [AM]

Stijera Adicionales.

Del Menaion - - -

Tono 4.

Ὡς γενναῖον ἐν Μάρτυσι.

Porque junto al Señor está su bondad y la abundancia de sus liberaciones, y Él liberará a Israel de todas sus culpas. [SAOGM]

Llevada por el Espíritu Santo, la Santa exenta de toda mancha, es llevada para morar en el Santo de los Santos; Y es alimentada por un ángel, Ella quién está por ser, en verdad, el Templo Santísimo de nuestro Santo Dios. Quién, al morarse en Ella, ha santificado la creación entera, deificando la naturaleza humana caída. [AM]

¡Alaben al Señor en todas las naciones, y festéjenlo todos los pueblos! [SAOGM]

Hoy, las jóvenes doncellas se acercan con regocijo, llevando sus lámparas, y con reverencia ante la de la Lámpara Espiritual, La hacen entrar en el Santo de los Santos. Con ello anticipan anunciando al Rayo Indescriptible que brillará de Ella e iluminará, por el Espíritu, a los que vivían en la sombra de la Ignorancia. [AM]

Pues su amor hacia nosotros es muy grande, y la lealtad del Señor es para siempre. [SAOGM]

La alabadísima Ana, con regocijo exclamó: “Oh Zacarías, recibe a Aquélla que los profetas de Dios proclamaron en el Espíritu, y llévala al Santuario, Para que sea creada en la pureza, a devenir un Trono Divino del Maestro de todos, Su Palacio, Su Cámara y Morada luminosa. [AM]

Gloria. Ahora y siempre.

Del Menaion - - -

Tono 8 (plagal 4).

¡Oh Señora Novia de Dios! Después de Tu Nacimiento, Fuiste a morar en el templo del Señor, para ser criada, siendo Santo, en lo Santo de los Santos. Entonces, Gabriel, fue enviado a Ti, Oh Virgen Exenta de toda mancha, para traerle comida. Mas los celestiales quedaron atónitos, contemplando al Espíritu Santo morar en Ti. Por consiguiente, ¡Oh Madre de Dios Purísima e Inmaculada, Tú que eres glorificada en el cielo y sobre la tierra, salva a nuestra raza. [AM]

DIÁCONO (en voz baja)

Roguemos al Señor.

SACERDOTE (en voz baja)

ORACIÓN DE LA ENTRADA

A la tarde, a la mañana y al medio día, Te alabamos, Te bendecimos, Te damos gracias y te suplicamos, Maestro de todo, Señor amante de la humanidad. Dirige nuestra oración como incienso ante Ti, y no inclines nuestros corazones a palabras o pensamientos de maldad; antes bien, líbranos de todos los que persiguen nuestras almas, pues, Señor, Señor, en Ti están nuestros ojos y en Ti esperamos; no nos dejes avergonzados, Dios nuestro.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡De pie!

CLERO Y PUEBLO

Tono 2.

Luz apacible de la santa gloria del Padre Inmortal, Celestial, Santo, y Bendito: Jesús Cristo. Al llegar a la puesta del sol, viendo la luz vespertina, cantamos himnos al Padre, Hijo, y Espíritu Santo—Dios. Digno es en todo tiempo cantarte con voces propicios, Hijo de Dios y Dador de Vida, por lo cual el mundo Te glorifica. [SAOGM]

DIÁCONO

¡Proquímeno vespertino!

CORO

Proquímeno. Tono 6 (plagal 2).

Mi auxilio viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. [BJ-SAOGM] (2 veces)

Verso: Alzo mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi auxilio?

Mi auxilio viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

LECTURAS

Del Menaion - - -

LECTOR

Lectura del libro del Éxodo.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡Atendamos!

LECTOR

Ex. 40: 1 – 5, 9, 16, 34 – 35

El Señor habló así a Moisés: «El día primero del primer mes alzarás la Morada de la Tienda del Encuentro. Allí pondrás el arca del Testimonio y cubrirás el arca con el velo. Llevarás la mesa y colocarás lo que hay que ordenar sobre ella; llevarás también el candelabro y pondrás encima las lámparas. Colocarás el altar de oro para el incienso delante del arca del Testimonio y colgarás la cortina a la entrada de la Morada. Entonces tomarás el óleo de la unción y ungirás la Morada y todo lo que contiene. La consagrarás con todo su mobiliario y será cosa sagrada. Moisés hizo todo conforme a lo que el Señor le había mandado. Así lo hizo. La Nube cubrió entonces la Tienda del Encuentro y la gloria del Señor llenó la Morada. Moisés no podía entrar en la Tienda del Encuentro, pues la Nube moraba sobre ella y la gloria del Señor llenaba la Morada. [BJ-SAOGM]

LECTOR

Lectura del primer libro de Reyes.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡Atendamos!

LECTOR

1 R. 7:51a; 8:1a, 1c, 3b, 4b, 5a, 6 – 7, 9 – 11

Cuando se completó toda la obra que el rey Salomón había hecho en el templo del Señor, congregó a los ancianos de Israel en Zion para hacer subir el arca de la alianza del Señor desde la ciudad de David, que es Sión. Los sacerdotes condujeron el arca y la Tienda del Encuentro, con todos los objetos sagrados que había en ella. El rey Salomón y todo Israel estaban delante del arca. Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza del Señor al santuario del templo, el Santo de los Santos, a su propio lugar, situado bajo las alas de los querubines. Los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca y cubrían el arca y sus varales por encima. En el arca no había nada más que las dos tablas de piedra que Moisés depositó allí, en el Horeb, las tablas de la alianza que el Señor estableció con los israelitas cuando salieron de la tierra de Egipto. Cuando los sacerdotes salieron del santuario —pues la nube había llenado el templo del Señor—, los sacerdotes no pudieron permanecer ante la nube para completar el servicio, pues la gloria del Señor llenaba el templo del Señor. [BJ-SAOGM]

LECTOR

Lectura de la profecía de Ezequiel.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡Atendamos!

LECTOR

Ez. 43:27 – 44:4

Oráculo del Señor: «Pasados estos días, desde el octavo en adelante, los sacerdotes ofrecerán sobre el altar sus holocaustos y sus sacrificios de comunión. Y yo les seré propicio —oráculo del Señor—.» Me volvió después hacia el pórtico exterior del santuario, que miraba a oriente. Estaba cerrado. Y el Señor me dijo: «Este pórtico permanecerá cerrado. No será abierto, y nadie pasará por él, porque por él ha pasado el Señor, el Dios de Israel. Quedará, pues, cerrado. Pero el príncipe sí podrá sentarse en él para tomar su comida en presencia del Señor. Entrará y saldrá por el vestíbulo del pórtico.» Luego me llevó por el pórtico septentrional hacia la fachada del templo; y, al mirar, vi que la gloria del Señor llenaba el templo. [BJ-SAOGM]

LETANÍA FERVIENTE

DIÁCONO

Digamos con toda el alma, y con todo nuestro entendimiento, digamos:

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Señor Omnipotente, Dios de nuestros padres, te suplicamos: escúchanos y ten piedad.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Ten piedad de nosotros, Dios nuestro, por tu gran misericordia, te suplicamos, escúchanos y ten piedad.

CORO: Señor, ten piedad. (3 veces)

DIÁCONO

También te suplicamos por los piadosos cristianos ortodoxos.

CORO: Señor, ten piedad. (3 veces)

También suplicamos por nuestro arzobispo (N.),

CORO: Señor, ten piedad. (3 veces)

Suplicamos aún por nuestros hermanos los sacerdotes, los hieromonjes, los hierodiáconos, los monjes, y por toda nuestra hermandad en Cristo.

CORO: Señor, ten piedad. (3 veces)

Suplicamos aún por piedad, vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los servidores de Dios, de todos los piadosos cristianos ortodoxos, de los habitantes y visitantes que están en esta ciudad (o pueblo, o parroquia, o monasterio); de las parroquias, los administradores y bienhechores de esta santa iglesia.

CORO: Señor, ten piedad. (3 veces)

Suplicamos aún por los bienaventurados y siempre recordados fundadores de esta santa iglesia (o monasterio), y por todos nuestros padres y hermanos que nos precedieron y que yacen piadosamente aquí, y por todos los ortodoxos.

CORO: Señor, ten piedad. (3 veces)

Suplicamos aún por los benefactores y bienhechores de este santo y venerable templo, por los que se fatigan trabajando en él, por sus cantores, y por todo el pueblo presente que espera de ti tu grande y copiosa misericordia.

CORO: Señor, ten piedad. (3 veces)

SACERDOTE

Porque eres Dios misericordioso y amante de la humanidad, y rendimos gloria a ti: al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

LECTOR

Concede, Señor, guardarnos esta noche sin pecado. Bendito eres Señor, Dios de nuestros padres, y alabado y glorificado sea tu nombre por los siglos. Amén. Sea sobre nosotros tu misericordia, Señor, pues hemos esperado en Ti. Bendito seas, oh Señor, instrúyeme en tus mandamientos. Bendito seas, oh Maestro, hazme entender tus mandamientos. Bendito seas, oh Santo, ilumíname con tus mandamientos. Señor, tu misericordia es eterna, no desprecies la obra de tus manos. A Ti la alabanza, a Ti nuestros cánticos, a Ti la gloria, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. [SAOGM]

CORO: Amén.

LETANÍA COMPLETIVA

DIÁCONO

Completemos nuestra oración vespertina al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Que esta noche entera sea perfecta, santa, pacífica y sin pecado, roguemos al Señor.

CORO: Concédelo, Señor.

DIÁCONO

Un ángel de paz, guía fiel y custodio de nuestras almas y cuerpos, pidamos al Señor.

CORO: Concédelo, Señor.

DIÁCONO

Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones, pidamos al Señor.

CORO: Concédelo, Señor.

DIÁCONO

Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por la paz del mundo, pidamos al Señor.

CORO: Concédelo, Señor.

DIÁCONO

Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz y penitencia, pidamos al Señor.

CORO: Concédelo, Señor.

DIÁCONO

Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible tribunal de Cristo, pidamos al Señor.

CORO: Concédelo, Señor.

DIÁCONO

Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.

CORO: A ti, Señor.

SACERDOTE

Porque eres un Dios bondadoso y filántropo, y a ti rendimos gloria; al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

SACERDOTE: Paz a todos.

CORO: Y a tu espíritu.

DIÁCONO

Inclinemos la cabeza ante el Señor.

CORO: A ti, Señor.

SACERDOTE (en voz baja)

Señor Dios nuestro, que inclinaste los cielos y descendiste para la salvación del género humano, mira a tus siervos y a tu heredad. Ante Ti, juez temible y amante de la humanidad, han inclinado las cabezas tus siervos y han doblado la cerviz, no esperando auxilio de los hombres, sino confiando en tu misericordia y deseando tu salvación. Guárdalos en todo tiempo, por esta tarde y por la noche venidera, de todo enemigo y de toda operación maligna del diablo y de pensamientos vanos y de fantasías inicuas.

SACERDOTE (en voz alta)

Bendito y glorificado sea el poder de tu reino, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

Apóstija de la fiesta.

Del Menaion - - -

Tono 5 (plagal 1).

Χαίροις ἀσκητικῶν.

El cielo y la tierra se regocijan, viendo al Cielo Racional, la única Virgen sin mancha, entrando en la casa de Dios, para ser criado en reverencia. Hacia ella, Zacarías, con júbilo exclamó: “¡Oh Puerta del Señor! Para Ti, abro las puertas del templo, pues regocíjate morando en él; Porque he sabido y creído que, de Ti vendrá, públicamente, la Salvación de Israel; Y de Ti nacerá el Verbo de Dios, que otorgará al mundo la gran misericordia”. [AM]

Verso: Ante el rey, vírgenes tras ella, compañeras suyas, donde él son introducidas. [AM]

Ana, que públicamente, había gozado de la gracia divina, con alegría ofrece en el templo del Señor, a la Purísima y Siempre-Virgen; Convocando a las jóvenes para ir ante ella, llevando las lámparas, diciéndole: “Vaya, hija mía, hacia Aquél, que Te dio a mí; Sé para Él una ofrenda, y ante Él un incienso y perfume de dulce fragancia; Entre en donde ninguno puede entrar; Aprende los misterios y prepárate para devenir una morada bella y complaciente, para Jesús que otorga al mundo la gran misericordia. [AM]

Verso: Entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del rey. [AM]

La Virgen Santísima, el Templo que contuvo la Divinidad, es introducida ahora dentro del templo del Dios; Y las jóvenes van ante ella llevando las lámparas. Sus padres nobles, Joaquín y Ana, bailan jubilosamente, porque dieron a luz a Ella que dio nacimiento al Creador, a la exenta de toda mancha: Quien al morar en las habitaciones divinas y siendo alimentada por mano de un ángel, se manifestó Madre de Cristo que otorga al mundo la gran misericordia. [AM]

Gloria. Ahora y siempre.

Del Menaion - - -

Tono 6 (plagal 2).

Congregándonos espiritualmente, venid hoy, Oh multitudes de fieles, celebremos con buena alabanza, a la doncella de Dios, la Virgen Madre de Dios. Siendo ofrecida en el templo del Señor; La pre-escogida de todas las generaciones, para ser morada de Cristo, el Rey de todos. Avanzad, vírgenes, llevando las lámparas, honrando la majestuosa entrada de la Siempre-Virgen. Y vosotras, Oh madres, dejad de lado toda angustia; Y seguidlas, alabando a Ella que ha devenido madre de Dios y la causa de alegría para el mundo. Exclamémosle pues jubilosamente, con el ángel: “¡Salve!”, a la Llena de Gracia, que intercede siempre por nuestras almas. [AM]

SACERDOTE

Himno de S. Simeón.

Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho. Porque mis ojos han visto a tu salvador, que has preparado y ofreces a todos los pueblos, luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel. [BJ-SAOGM]

TODOS

Trisagio.

Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias, por tu nombre.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

SACERDOTE

Porque tuyos son el reino, y el poder, y la gloria: del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

Apolitiquio de la fiesta.

Del Menaion - - -

Tono 4.

Hoy es el preludio de la complacencia de Dios, el anuncio de la Salvación para los hombres: la Virgen se presenta en el Templo de Dios y preanuncia a Cristo a todos. Exclamémosle con gran voz diciendo: «¡Alégrate, oh cumplimiento del plan salvífico del Creador!» [AA-MX] (3 veces)

DIÁCONO: ¡Sabiduría!

LECTOR: Bendice, soberano.

SACERDOTE

El que es bendito, Cristo nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

JERARCA o LECTOR

Que el Señor Dios afirme la fe santa e irreprochable de los cristianos piadosos y ortodoxos, junto con esta Santa Iglesia y esta ciudad por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

SACERDOTE

Gloria a ti, Dios nuestro. Gloria a ti.

Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, cuya entrada en el templo celebramos; por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.

Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor Jesús Cristo Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.

CORO: Amén.