Libros - Fuentes
Hieraticón
Divina Liturgia de S. Juan Crisóstomo
Octóijos - Tono 7 (grave).
Viernes por la mañana
Menaion - 3 de Octubre
Memoria de S. Dionisio el Aeropagita
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LITURGIA DE S. JUAN CRISÓSTOMO
Primera antífona. Tono 2.
Verso 1: Bueno es alabar al Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. [BASJ]
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 2: Para anunciar por la mañana tu misericordia y tu fidelidad por la noche.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 3: Es recto el Señor, nuestro Dios, y no hay injusticia en él.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Segunda antífona. Tono 2.
Verso 1: El Señor reinó, se vistió de hermosura, se vistió el Señor de fortaleza y se ciñó. [BASJ]
O:
Verso 1: Vengan, regocíjense en el Señor, celebremos las glorias de Dios, salvador nuestro. [BASJ]
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 2: Porque afirmó la redondez de la tierra, que no será conmovida.
O:
Verso 2: Presentémonos ante su rostro con alabanza, celebrémosle con salmos. Porque el Señor es un Dios grande y un rey grande sobre todos los dioses.
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 3: La santidad es el adorno de tu casa, Señor, por largos días.
O:
Verso 3: Porque en su mano están todos los confines de la tierra; son suyas las alturas de los montes. Porque suyo es el mar, él lo hizo y sus manos formaron la tierra árida.
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Hijo Unigénito y Verbo de Dios: tú que eres inmortal; accediste para nuestra salvación, a encarnarte de la santa Theotokos y siempre virgen María, inalterado te hiciste hombre; crucificado, Cristo Dios, con tu muerte a la muerte venciste; eres uno de la santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo: ¡Sálvanos!
Tercera antífona.
Apolitiquio. Por el hieromártir.
Tono 4.
Destacado por tu educación moral, por tu seriedad y tu firmeza en todo, y siendo revestido de la conciencia recta de un sacerdote, tú retiraste los misterios inefables del vaso escogido; y después de haber guardado la fe, terminaste una carrera similar, oh Hieromártir Dionisio. Intercede con Cristo nuestro Dios, pidiéndole que salve nuestras almas. [JB]
Himno de la entrada. Tono 2.
Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo. Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Himnos después de la pequeña entrada.
Apolitiquio. Por el hieromártir.
Tono 4.
Destacado por tu educación moral, por tu seriedad y tu firmeza en todo, y siendo revestido de la conciencia recta de un sacerdote, tú retiraste los misterios inefables del vaso escogido; y después de haber guardado la fe, terminaste una carrera similar, oh Hieromártir Dionisio. Intercede con Cristo nuestro Dios, pidiéndole que salve nuestras almas. [JB]
Por orden del Metropolita de México, se canta el siguiente apolitquio antes del apolitiquio del templo local.
Por la Protectora de México.
Tono 3.
Θείας πίστεως.
Protectora de México, dulce, bendita y agraciada Madre de Dios, por quien se vive. Nosotros tus siervos, heredad de tu Hijo, te cantamos, suplicando, protege a tu pueblo e intercede ante Él para que salve nuestras almas. [SAOGM]
Se canta el apolitiquio de la comunidad local.
Después:
Condaquio del día. Por la cruz.
Tono 4. Melodía modelo (aftómelon).
Ὁ ὑψωθεὶς ἐν τῷ Σταυρῷ.
Oh Tú que voluntariamente sobre la Cruz fuiste levantado, ten misericordia del nuevo pueblo llamado por tu Nombre, alegra con tu poder a los creyentes, oh Cristo Dios, otorgándoles victoria sobre el enemigo y que les sea tu auxilio un arma de paz y triunfo invencible. [unES]
HIMNO TRISAGIO
Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
LECTURAS
Proquímeno. Tono 7 (grave). Salmo 149.
Exulten los fieles ante su gloria. [BJ-SAOGM]
Verso: Canten al Señor un cántico nuevo. [BJ-SAOGM]
Lectura apostólica
Por el hieromártir.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Hch. 17:16-34
Por aquellos días, mientras Pablo les esperaba en Atenas, sentía indignación en su interior al ver la ciudad llena de ídolos. Discutía en la sinagoga con los judíos y con los que adoraban a Dios; y lo mismo hacía diariamente en el ágora con los que por allí se encontraban. Trababan también conversación con él algunos filósofos epicúreos y estoicos. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?» Otros comentaban: «Parece ser un predicador de divinidades extranjeras.» Lo decían porque anunciaba a Jesús y hablaba de la resurrección. Un día lo tomaron consigo y lo llevaron al Areópago. Una vez allí, le preguntaron: «¿Podemos saber cuál es esa nueva doctrina que tú expones? Es que te oímos decir cosas extrañas y querríamos saber qué significan.» Todos los atenienses y los forasteros que residían allí sólo sabían pasar el tiempo contando u oyendo la última novedad. Pablo, de pie en medio del Areópago, comenzó así: «Atenienses, veo que ustedes son, por todos los conceptos, los más respetuosos de la divinidad. Pues al pasar y contemplar sus monumentos sagrados, he encontrado también un altar en el que estaba grabada esta inscripción: ‘Al Dios desconocido.’ Pues bien, vengo a anunciarles lo que adoran sin conocer. «El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la tierra, no habita en santuarios fabricados por mano de hombres; ni es servido por manos humanas, como si de algo estuviera necesitado él, que a todos da la vida, el aliento y demás cosas. Él creó, de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la tierra, y fijó los tiempos determinados y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen a la divinidad, para ver si a tientas la buscaban y la hallaban. Pero no pensemos que se encuentra lejos de cada uno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos, como han dicho algunos de ustedes: ‘Porque somos también de su linaje.’ Si somos, pues, del linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea algo semejante al oro, la plata o la piedra, modelados por el arte y el ingenio humanos. Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse, porque ha fijado el día en que va a juzgar al mundo según justicia, por medio del hombre que ha destinado, y del que ha dado garantía ante todos al resucitarlo de entre los muertos.» Al oír que mencionaba la resurrección de los muertos, algunos se burlaron de él, y otros dijeron: «Sobre esto ya te oiremos otra vez.» Entonces Pablo los dejó allí y se marchó. Pero algunas personas se adhirieron a él y creyeron, entre ellos Dionisio Areopagita, una mujer llamada Damaris y algunos otros junto con ellos. [BJ-SAOGM]
Aleluya. Tono 6 (plagal 2). Salmo 73.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Verso 1: Acuérdate de tu comunidad que poseíste desde el principio. [BASJ]
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Verso 2: Dios, rey nuestro antes de los siglos, obró la salvación en medio de la tierra.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Evangelio
Viernes de la segunda semana de Lucas
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
Lc. 6:17-23
En aquel tiempo, Jesús se detuvo en un paraje llano. Había allí un gran número de discípulos suyos y una gran muchedumbre llegada de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus dolencias. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. Él, dirigiendo la mirada a sus discípulos, dijo: «Bienaventurados los pobres, porque suyo es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tienen hambre ahora, porque serán saciados. Bienaventurados los que lloran ahora, porque reirán. Bienaventurados serán cuando los hombres los odien, cuando los expulsen, los injurien y proscriban su nombre como malo por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, que su recompensa será grande en el cielo.» [BJ-SAOGM]
Himno a la Theotokos.
Digno es, en verdad, aclamarte a ti, Theotokos, la siempre bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios. A la más honorable que los querubines y más gloriosa, incomparablemente que los serafines; a ti, la que incorruptamente, diste a luz al Verbo de Dios, a la verdaderamente Theotokos, te exaltamos.
Himno de la comunión. Salmo 73.
Obraste la salvación en medio de la tierra, oh Cristo Dios nuestro. [BASJ] ¡Aleluya!
Himno después de la comunión.
Tono 2.
Vimos la luz verdadera. Recibimos el Espíritu celestial. Encontramos la verdadera fe, adorando a la Trinidad indivisible, pues ella nos salvó.
DESPEDIDA
Gloria a ti, Dios nuestro. Gloria a ti.
Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, del santo y glorioso hieromártir Dionisio el Aeropagita, cuya memoria celebramos; y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.
Normas de Ayuno
Ayuno estricto. Nos abstenemos de consumir todo tipo de carne, pescados, aceite, vino, productos lácteos, y huevos.
Las normas de hoy se aplican los miércoles y viernes.