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Libros - Fuentes

Menaion - 6 de Agosto

Conmemoración de la Transfiguración de nuestro Salvador

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VÍSPERAS

SACERDOTE

Bendito sea nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

CORO: Amén.

Mientras se lee el salmo introductorio (103/104), el sacerdote, con la cabeza descubierta, se coloca frente a la Santa Mesa o frente al icono de Cristo en la solea, y recita en silencio las oraciones del encendido de las lámparas.

LECTOR

Vengan, adoremos y prosternémonos ante Dios nuestro Rey.

Vengan, adoremos y prosternémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.

Vengan, adoremos y prosternémonos ante el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.

Salmo 103 (104)

Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. Extiendes los cielos como una tienda, construyes tu morada sobre las aguas; las nubes te sirven de carroza, avanzas en las olas del viento; los vientos te sirven de mensajeros; el fuego llameante, de ministro. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas; pero a tu bramido huyeron, al fragor de tu trueno se precipitaron, mientras subían los montes y bajaban los valles: cada cual al puesto asignado. Trazaste una frontera que no traspasarán, y no volverán a cubrir la tierra. De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes; en ellos beben las fieras de los campos, el asno salvaje apaga su sed; junto a ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto. Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda; haces brotar hierba para los ganados, y forraje para los que sirven al hombre. Él saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón; y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas. Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que El plantó: allí anidan los pájaros, en su cima pone casa la cigüeña. Los riscos son para las cabras, las peñas son madriguera de erizos. Hiciste la luna con sus fases, el sol conoce su ocaso. Pones las tinieblas y viene la noche, y rondan las fieras de la selva; los cachorros rugen por la presa, reclamando a Dios su comida. Cuando brilla el sol, se retiran, y se tumban en sus guaridas; el hombre sale a sus faenas, a su labranza hasta el atardecer. Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas. Ahí está el mar: ancho y dilatado, en él bullen, sin número, animales pequeños y grandes; lo surcan las naves, y el leviatán que modelaste para que retoce. Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo: se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes; escondes tu rostro, y se espantan; les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras, cuando Él mira la tierra, ella tiembla; cuando toca los montes, humean. Cantaré al Señor, tocaré para mi Dios mientras exista: que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. Que se acaben los pecadores en la tierra, que los malvados no existan más. ¡Bendice, alma mía, al Señor!

El sol, que conoce su ocaso; pones las tinieblas y viene la noche.

Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría. [CA-SAOGM]

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

¡Aleluya, aleluya, aleluya! Gloria a ti, oh Dios. (3 veces)

La esperanza nuestra, oh Señor, gloria a ti.

LETANÍA DE LA PAZ

DIÁCONO

En paz, roguemos al Señor.

CORO (después de cada petición)

Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Por la paz de lo alto y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.

Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las santas Iglesias de Dios y la unión de todos, roguemos al Señor.

Por esta santa morada y por todos los que en ella entran con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.

Por los cristianos piadosos y ortodoxos, roguemos al Señor.

Por nuestro arzobispo (N.), el honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo el clero y el pueblo, roguemos al Señor.

Por nuestra piadosa nación, por toda autoridad y poder roguemos al Señor.

Por esta ciudad (Monasterio, Pueblo, o Isla), por toda ciudad y país, y por los fieles que en ellos habitan, roguemos al Señor.

Por un clima benéfico, por la abundancia de los frutos de la tierra y por tiempos pacíficos, roguemos al Señor.

Por quienes viajan por mar, tierra o aire, por los enfermos, los afligidos, los cautivos y por su salvación, roguemos al Señor.

Por nuestra liberación de toda tribulación, ira, peligro y necesidad, roguemos al Señor.

Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.

Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.

CORO: A ti, Señor.

SACERDOTE

Pues a ti se debe toda gloria, honor y adoración: al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

CORO

Tono 4.

Señor, a Ti he clamado, óyeme; óyeme, oh Señor. Señor, a Ti he clamado, óyeme; escucha la voz de mi oración, cuando Te invoque. Óyeme, oh Señor. [SAOGM]

Sea enderezada mi oración como incienso delante de Ti, y mis manos elevadas como sacrificio vespertino. Óyeme, oh Señor. [SAOGM]

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Pon, Señor, una guardia ante mi boca y vigila la puerta de mis labios.

Mi corazón no inclines a obras malas.

Que en negocios oscuros no me meta con los que hacen el mal. ¡No me dejes probar sus deleites!

Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá a la cabeza.

Mi oración denunciará siempre sus crímenes. Sus jefes fueron echados desde el peñón.

Comprendieron entonces que hablaba con bondad. Cuando la tierra se abrió a sus pies, sus huesos tapizaron la entrada del infierno.

Por lo tanto, oh Señor, hacia Ti vuelvo mis ojos, en Ti me refugio, no expongas mi vida.

Protégeme del lazo que me han tendido, de las trampas de los que hacen el mal.

Que en sus propias redes caigan los impíos mientras que sólo a mí se me abre paso.

Al Señor le imploro a grandes voces, al Señor le suplico a grandes voces.

En su presencia explayo mi lamento y ante Él relato mi aflicción.

Cuando en mí desfallece mi espíritu, pero Tú, ¿no conoces mi sendero?

En el camino por donde pasaba ocultaron una trampa.

Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce.

Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida.

¡A Ti clamo, Señor, a Ti Te digo: “Tú eres mi esperanza, mi parte en la tierra de los que viven!”

Atiende a mi clamor porque estoy muy decaído.

Ponme a salvo de mis perseguidores, que son más fuertes que yo.

Sácame de la prisión para que dé gracias a tu nombre.

Una ronda harán los justos en torno a mí al saber los favores que me has hecho.

Desde el abismo clamo a Ti, Señor. ¡Señor, escucha mi voz!

¡Que tus oídos pongan atención al clamor de mis súplicas!

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Stijera de la fiesta.

Del Menaion - - -

Idiómelon. Tono 4.

Señor, si no Te olvidas de las faltas, ¿quién podrá subsistir? Pero de Ti procede el perdón. [SAOGM]

Antes de Tu crucifixión, oh Señor, las montañas emularon a los cielos y las nubes se derramaron como un tabernáculo cuando Tú fuiste transfigurado y recibiste el testimonio de Tu Padre. Allí estaban Pedro, Santiago y Juan, pues ellos también tenían que estar contigo en el tiempo de la traición para que contemplando Tus maravillas, no temieran Tus sufrimientos, lo que Tú nos concedes para que podamos venerarte en paz, por Tu gran misericordia. [MST]

Idiómelon. Tono 4.

Espero, Señor, mi alma espera, confío en tu palabra; mi alma cuenta con el Señor. [SAOGM]

Antes de Tu crucifixión, oh Señor, las montañas emularon a los cielos y las nubes se derramaron como un tabernáculo cuando Tú fuiste transfigurado y recibiste el testimonio de Tu Padre. Allí estaban Pedro, Santiago y Juan, pues ellos también tenían que estar contigo en el tiempo de la traición para que contemplando Tus maravillas, no temieran Tus sufrimientos, lo que Tú nos concedes para que podamos venerarte en paz, por Tu gran misericordia. [MST]

Idiómelon. Tono 4.

Como confía en la aurora el centinela, así Israel confíe en el Señor. [SAOGM]

Tomando a Tus Discípulos hasta lo alto de la montaña antes de Tu crucifixión, oh Señor, Te transfiguraste ante ellos, iluminándolos con la efulgencia del poder, deseando tanto en Tu filantropía como en Tu autoridad mostrarles el esplendor de la Resurrección, la que nos concedes en la paz ya que eres Misericordioso y Filántropo. [MST]

Idiómelon. Tono 4.

Porque junto al Señor está su bondad y la abundancia de sus liberaciones, y Él liberará a Israel de todas sus culpas. [SAOGM]

Tomando a Tus Discípulos hasta lo alto de la montaña antes de Tu crucifixión, oh Señor, Te transfiguraste ante ellos, iluminándolos con la efulgencia del poder, deseando tanto en Tu filantropía como en Tu autoridad mostrarles el esplendor de la Resurrección, la que nos concedes en la paz ya que eres Misericordioso y Filántropo. [MST]

Idiómelon. Tono 4.

¡Alaben al Señor en todas las naciones, y festéjenlo todos los pueblos! [SAOGM]

Transfigurado en la alta montaña, el Salvador, teniendo con Él a sus Discípulos preeminentes, se mostró maravillosamente mostrándoles como iluminados por las virtudes como a uno que se le concede la gloria divina. A Moisés y Elías, que hablaban con Cristo, les mostró que Él tenía autoridad sobre los vivos y los muertos y que Él es el Dios Quien desde antiguo habló a través de la Ley y los Profetas. Para Él fue la voz del Padre que se escuchó diciendo desde la nube de luz: “A Él obedézcanle, Quien a través de la Cruz hizo cautivo al infierno y concede la vida eterna a los difuntos”. [MST]

Idiómelon. Tono 4.

Pues su amor hacia nosotros es muy grande, y la lealtad del Señor es para siempre. [SAOGM]

La montaña que antes era oscura y sombreada ahora es honorable y santa, pues en ella Tus pies están, oh Señor; ya que en los últimos días manifestaste a Pedro, Santiago y Juan lo que estaba oscuro, el misterio preeterno, Tu transfiguración maravillosa. Pero ellos, incapaces de soportar el brillo de Tu belleza y el brillo de Tu manto, cayeron postrados hasta tierra y se cubrieron el rostro. Y llenos de temor se maravillaron contemplando a Moisés y a Elías conversando contigo mientras también ellos estaban contigo; y la voz del Padre dio testimonio diciendo: “Este es mi Hijo amado en Quien me he complacido: A Él obedézcanle, Él le dará al mundo gran misericordia”. [MST]

Gloria. Ahora y siempre.

Del Menaion - - -

Tono 6 (plagal 2).

Anunciando Tu Resurrección, oh Cristo nuestro Dios, tomaste a tres de Tus Discípulos: A Pedro, Santiago y Juan y ascendiste al Tabor. Y mientras eras transfigurado, oh Salvador, el Monte Tabor se revistió de luz. Tus Discípulos cayeron a tierra, oh Verbo, incapaces de soportar la vista de Tu belleza invisible. Los Ángeles Te servían con temor y temblor; los cielos temieron y la tierra tembló, contemplando la gloria del Señor sobre la tierra. [MST]

DIÁCONO (en voz baja)

Roguemos al Señor.

SACERDOTE (en voz baja)

ORACIÓN DE LA ENTRADA

A la tarde, a la mañana y al medio día, Te alabamos, Te bendecimos, Te damos gracias y te suplicamos, Maestro de todo, Señor amante de la humanidad. Dirige nuestra oración como incienso ante Ti, y no inclines nuestros corazones a palabras o pensamientos de maldad; antes bien, líbranos de todos los que persiguen nuestras almas, pues, Señor, Señor, en Ti están nuestros ojos y en Ti esperamos; no nos dejes avergonzados, Dios nuestro.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡De pie!

CLERO Y PUEBLO

Tono 2.

Luz apacible de la santa gloria del Padre Inmortal, Celestial, Santo, y Bendito: Jesús Cristo. Al llegar a la puesta del sol, viendo la luz vespertina, cantamos himnos al Padre, Hijo, y Espíritu Santo—Dios. Digno es en todo tiempo cantarte con voces propicios, Hijo de Dios y Dador de Vida, por lo cual el mundo Te glorifica. [SAOGM]

DIÁCONO

¡Proquímeno vespertino!

CORO

Proquímeno. Tono 1.

Tu bondad y amor, Señor, me acompañarán todos los días de mi vida. [BJ-SAOGM] (2 veces)

Verso: El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes pastos me hace reposar.

Tu bondad y amor, Señor, me acompañarán todos los días de mi vida.

LECTURAS

Del Menaion - - -

LECTOR

Lectura del libro del Éxodo.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡Atendamos!

LECTOR

Ex. 24:12 – 18

El Señor dijo a Moisés: «Sube hacia mí, al monte; quédate allí y te daré las tablas de piedra, con la ley y los mandamientos que he escrito para que los enseñes.» Se levantó Moisés, con Josué, su ayudante; y subieron al monte de Dios. Dijo a los ancianos: «Espérennos aquí hasta que volvamos. Aarón y Jur quedan con ustedes; el que tenga algún problema que recurra a ellos.» Después Moisés subió al monte. La nube cubría el monte. La gloria del Señor descansaba sobre el monte Sinaí y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo día, el Señor llamó a Moisés de en medio de la nube. La gloria del Señor aparecía a los israelitas como fuego devorador sobre la cumbre del monte. Moisés penetró en la nube y subió al monte. Moisés permaneció en el monte cuarenta días y cuarenta noches. [BJ-SAOGM]

LECTOR

Lectura del libro del Éxodo.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡Atendamos!

LECTOR

Ex. 33:11 – 23, 34:4 – 6, 8

El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Luego Moisés volvía al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, no se apartaba del interior de la Tienda. Moisés dijo al Señor: «Tú me has dicho: ‘Conduce a este pueblo’, pero no me has indicado a quién enviarás conmigo; a pesar de que me has dicho: ‘Te conozco por tu nombre’, y también: ‘Has obtenido mi favor.’ Ahora, pues, si realmente he obtenido tu favor, enséñame tu camino y sabré que he obtenido tu favor; mira que esta gente es tu pueblo.» El Señor respondió: «Yo mismo iré contigo y te daré descanso.» Moisés contestó: «Si no vienes tú mismo, no nos hagas partir de aquí. Pues ¿en qué podrá conocerse que tu pueblo y yo hemos obtenido tu favor, sino en el hecho de que tú vas con nosotros? Así, tu pueblo y yo nos distinguiremos de todos los pueblos que hay sobre la tierra.» El Señor respondió a Moisés: «Haré también esto que me pides, pues has obtenido mi favor y yo te conozco por tu nombre.» Entonces Moisés dijo al Señor: «Déjame ver tu gloria.» Él le contestó: «Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre del Señor; pues concedo mi favor a quien quiero y tengo misericordia con quien quiero.» Y añadió: «Pero mi rostro no podrás verlo, porque nadie puede verme y seguir con vida.» El Señor añadió: «Aquí hay un sitio junto a mí; ponte sobre la roca. Al pasar mi gloria, te meteré en la hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Luego apartaré mi mano, para que veas mis espaldas; pero mi rostro no lo verás.» Moisés se levantó temprano y subió al monte Sinaí como le había mandado el Señor, llevando en su mano las dos tablas de piedra. El Señor descendió en una nube y se detuvo allí junto a él. Moisés invocó el nombre del Señor. El Señor pasó por delante de él y exclamó: «Señor, Señor, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad.» Al instante, Moisés se inclinó a tierra y se postró. [BJ-SAOGM]

LECTOR

Lectura del primer libro de Reyes.

DIÁCONO

¡Sabiduría! ¡Atendamos!

LECTOR

1 R. 19:3 – 9, 11 – 13, 15 – 16

Por aquellos días, Elías llegó a Berseba de Judá y dejó allí a su criado. Anduvo por el desierto una jornada de camino, hasta llegar y sentarse bajo una retama. Se recostó y quedó dormido bajo una retama, pero un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come.» Miró y a su cabecera había una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a recostar. El ángel del Señor volvió segunda vez, lo tocó y le dijo: «Levántate y come, pues el camino ante ti es muy largo.» Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb. Allí se introdujo en la cueva, y pasó en ella la noche. Le llegó la palabra del Señor, diciendo: «Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor.» Entonces el Señor pasó y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las rocas ante el Señor; pero en el huracán no estabal Señor. Después del huracán, un terremoto; pero en el terremoto no estabal Señor. Después del terremoto, fuego, pero en el fuego no estabal Señor. Después del fuego, el susurro de una brisa suave, y en el susurro estaba el Señor. Al oírlo Elías, enfundó su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva. Entonces el Señor le dijo: «Vuelve a tu camino en dirección al desierto de Damasco. Cuando llegues, unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá. [BJ-SAOGM]

LETANÍA FERVIENTE

DIÁCONO

Digamos con toda el alma, y con todo nuestro entendimiento, digamos:

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Señor Omnipotente, Dios de nuestros padres, te suplicamos: escúchanos y ten piedad.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Ten piedad de nosotros, Dios nuestro, por tu gran misericordia, te suplicamos, escúchanos y ten piedad.

CORO (después de cada petición)

Señor, ten piedad. (3 veces)

DIÁCONO

También te suplicamos por los piadosos cristianos ortodoxos.

También suplicamos por nuestro arzobispo (N.),

Suplicamos aún por nuestros hermanos los sacerdotes, los hieromonjes, los hierodiáconos, los monjes, y por toda nuestra hermandad en Cristo.

Suplicamos aún por piedad, vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los servidores de Dios, de todos los piadosos cristianos ortodoxos, de los habitantes y visitantes que están en esta ciudad (o pueblo, o parroquia, o monasterio); de las parroquias, los administradores y bienhechores de esta santa iglesia.

Suplicamos aún por los bienaventurados y siempre recordados fundadores de esta santa iglesia (o monasterio), y por todos nuestros padres y hermanos que nos precedieron y que yacen piadosamente aquí, y por todos los ortodoxos.

Suplicamos aún por los benefactores y bienhechores de este santo y venerable templo, por los que se fatigan trabajando en él, por sus cantores, y por todo el pueblo presente que espera de ti tu grande y copiosa misericordia.

SACERDOTE

Porque eres Dios misericordioso y amante de la humanidad, y rendimos gloria a ti: al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

LECTOR

Concede, Señor, guardarnos esta noche sin pecado. Bendito eres Señor, Dios de nuestros padres, y alabado y glorificado sea tu nombre por los siglos. Amén. Sea sobre nosotros tu misericordia, Señor, pues hemos esperado en Ti. Bendito seas, oh Señor, instrúyeme en tus mandamientos. Bendito seas, oh Maestro, hazme entender tus mandamientos. Bendito seas, oh Santo, ilumíname con tus mandamientos. Señor, tu misericordia es eterna, no desprecies la obra de tus manos. A Ti la alabanza, a Ti nuestros cánticos, a Ti la gloria, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. [SAOGM]

CORO: Amén.

LETANÍA COMPLETIVA

DIÁCONO

Completemos nuestra oración vespertina al Señor.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.

CORO: Señor, ten piedad.

DIÁCONO

Que esta noche entera sea perfecta, santa, pacífica y sin pecado, roguemos al Señor.

CORO (después de cada petición)

Concédelo, Señor.

DIÁCONO

Un ángel de paz, guía fiel y custodio de nuestras almas y cuerpos, pidamos al Señor.

Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones, pidamos al Señor.

Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por la paz del mundo, pidamos al Señor.

Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz y penitencia, pidamos al Señor.

Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible tribunal de Cristo, pidamos al Señor.

Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.

CORO: A ti, Señor.

SACERDOTE

Porque eres un Dios bondadoso y filántropo, y a ti rendimos gloria; al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

SACERDOTE: Paz a todos.

CORO: Y a tu espíritu.

DIÁCONO

Inclinemos la cabeza ante el Señor.

CORO: A ti, Señor.

SACERDOTE (en voz baja)

Señor Dios nuestro, que inclinaste los cielos y descendiste para la salvación del género humano, mira a tus siervos y a tu heredad. Ante Ti, juez temible y amante de la humanidad, han inclinado las cabezas tus siervos y han doblado la cerviz, no esperando auxilio de los hombres, sino confiando en tu misericordia y deseando tu salvación. Guárdalos en todo tiempo, por esta tarde y por la noche venidera, de todo enemigo y de toda operación maligna del diablo y de pensamientos vanos y de fantasías inicuas.

SACERDOTE (en voz alta)

Bendito y glorificado sea el poder de tu reino, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

Apóstija de la fiesta.

Del Menaion - - -

Idiómelon 1. Tono 1.

Aquel que desde antiguo habló con Moisés en el monte Sinaí en imágenes, y dijo: “Yo soy Quien Soy”, hoy transfigurado ante Sus Discípulos en el monte Tabor, ha mostrado la belleza prístina de Su rostro, habiendo tomado sobre Sí Mismo la naturaleza humana. Y poniendo delante de ellos a Moisés y a Elías como testigos de Su gracia, Él nos hizo participantes de la alegría a ellos que por la Cruz proclamaron Tu gloriosa y salvadora Resurrección. [MST]

Idiómelon 2. Tono 1.

Verso: Tuyo es el cielo, tuya la tierra. [BJ-SAOGM]

David, el antepasado de Dios, viendo en el Espíritu la venida de Tu Hijo unigénito en la carne para los hombres, convocó a la creación desde lejos a la alegría y clamó proféticamente: “El Tabor y el Hermón se regocijarán en Tu Nombre”. Pues habiendo ascendido esa montaña con Tus Discípulos, oh Salvador, fuiste transfigurado e hiciste que la naturaleza oscurecida de Adán brillara de nuevo, impartiéndole la gloria y el esplendor de Tu divinidad. Por eso, nosotros clamamos a Ti: Oh Señor, Creador de todas las cosas, gloria a Ti. [MST]

Idiómelon 3. Tono 1.

Verso: El Tabor y el Hermón te aclaman. [BJ-SAOGM]

Los Apóstoles, contemplando Tu insoportable esplendor e inacercable divinidad, oh Cristo sin origen, fueron golpeados con admiración; y cubiertos con una nube radiante, ellos escucharon la voz del Padre proclamando el misterio de Tu encarnación; pues Tú solo, aún después de Tu encarnación, eres el Hijo Unigénito y Salvador del mundo. [MST]

Gloria. Ahora y siempre.

Del Menaion - - -

Tono 6 (plagal 2).

A Pedro, Santiago y Juan Tus primeros Discípulos, oh Señor, les mostraste la gloria de Tu divina belleza hoy en el monte Tabor; pues ellos contemplaron Tus vestidos iluminados como con luz y Tu Rostro brillando más brillantemente que el sol. E incapaces de soportar la vista incontenible de Tu efulgencia se prosternaron hasta la tierra y no quisieron levantar la vista. Entonces escucharon una voz de lo alto dando testimonio, que decía: “Este es mi Hijo amado, Quien ha venido al mundo a salvar a los hombres”. [MST]

SACERDOTE

Himno de S. Simeón.

Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho. Porque mis ojos han visto a tu salvador, que has preparado y ofreces a todos los pueblos, luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel. [BJ-SAOGM]

TODOS

Trisagio.

Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias, por tu nombre.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

SACERDOTE

Porque tuyos son el reino, y el poder, y la gloria: del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

Apolitiquio de la fiesta.

Del Menaion - - -

Tono 7 (grave).

Te transfiguraste en el Monte, oh Cristo Dios, revelando a los discípulos Tu Gloria según pudieran soportarla. ¡Que Tu eterna luz resplandezca sobre nosotros, pecadores! Por la intercesión de la Madre de Dios, oh Dador de la Luz, ¡gloria a Ti! [unES] (3 veces)

DIÁCONO: ¡Sabiduría!

LECTOR: Bendice, soberano.

SACERDOTE

El que es bendito, Cristo nuestro Dios, eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

JERARCA o LECTOR

Que el Señor Dios afirme la fe santa e irreprochable de los cristianos piadosos y ortodoxos, junto con esta Santa Iglesia y esta ciudad por los siglos de los siglos.

CORO: Amén.

SACERDOTE

Gloria a ti, Dios nuestro. Gloria a ti.

El que se transfiguró con gloria en el monte Tabor ante sus santos discípulos y apóstoles, Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.

Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor Jesús Cristo Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.

CORO: Amén.