Libros - Fuentes
Hieraticón
Divina Liturgia de S. Juan Crisóstomo
Octóijos - Tono 8 (plagal 4).
Jueves por la mañana
Menaion - 19 de Junio
Memoria del santo apóstol Judas Tadeo
__________
LITURGIA DE S. JUAN CRISÓSTOMO
Primera antífona. Tono 2.
Verso 1: Bueno es alabar al Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. [BASJ]
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 2: Para anunciar por la mañana tu misericordia y tu fidelidad por la noche.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 3: Es recto el Señor, nuestro Dios, y no hay injusticia en él.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Segunda antífona. Tono 2.
Verso 1: El Señor reinó, se vistió de hermosura, se vistió el Señor de fortaleza y se ciñó. [BASJ]
O:
Verso 1: Vengan, regocíjense en el Señor, celebremos las glorias de Dios, salvador nuestro. [BASJ]
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 2: Porque afirmó la redondez de la tierra, que no será conmovida.
O:
Verso 2: Presentémonos ante su rostro con alabanza, celebrémosle con salmos. Porque el Señor es un Dios grande y un rey grande sobre todos los dioses.
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 3: La santidad es el adorno de tu casa, Señor, por largos días.
O:
Verso 3: Porque en su mano están todos los confines de la tierra; son suyas las alturas de los montes. Porque suyo es el mar, él lo hizo y sus manos formaron la tierra árida.
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Hijo Unigénito y Verbo de Dios: tú que eres inmortal; accediste para nuestra salvación, a encarnarte de la santa Theotokos y siempre virgen María, inalterado te hiciste hombre; crucificado, Cristo Dios, con tu muerte a la muerte venciste; eres uno de la santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo: ¡Sálvanos!
Tercera antífona.
Apolitiquio. Por el apóstol.
Tono 3.
Oh santo apóstol Judas, ruégale a nuestro Dios misericordioso, que conceda a nuestras almas el perdón de nuestros pecados. [unES]
Himno de la entrada. Tono 2.
Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo. Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Himnos después de la pequeña entrada.
Apolitiquio. Por el apóstol.
Tono 3.
Oh santo apóstol Judas, ruégale a nuestro Dios misericordioso, que conceda a nuestras almas el perdón de nuestros pecados. [unES]
Por orden del Metropolita de México, se canta el siguiente apolitquio antes del apolitiquio del templo local.
Por la Protectora de México.
Tono 3.
Θείας πίστεως.
Protectora de México, dulce, bendita y agraciada Madre de Dios, por quien se vive. Nosotros tus siervos, heredad de tu Hijo, te cantamos, suplicando, protege a tu pueblo e intercede ante Él para que salve nuestras almas. [SAOGM]
Se canta el apolitiquio de la comunidad local.
Después:
Condaquio del día. Por los apóstoles.
Tono 2. Melodía modelo (aftómelon).
Τοὺς ἀσφαλεῖς.
Oh Señor, a los líderes de los apóstoles, aquellos predicadores firmes y temerosos de Dios, los has llevado al descanso eterno y al goce de tus bendiciones. Pues aceptaste sus labores y su muerte como un holocausto, porque solo Tú conoces los corazones. [JB]
HIMNO TRISAGIO
Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Lectura apostólica
Por el apóstol.
Proquímeno. Tono 8 (plagal 4). Salmo 18.
Por toda la tierra resuena su proclama. [BJ-SAOGM]
Verso: Los cielos cuentan la gloria de Dios. [BJ-SAOGM]
Lectura de la carta universal de Judas.
Judas 1:1-25
Judas, siervo de Jesús Cristo, hermano de Santiago, a los que han sido llamados y amados por Dios Padre, y guardados para Jesús Cristo. Les deseo misericordia, paz y amor abundantes. Queridos, tenía yo mucho empeño en escribirles acerca de nuestra común salvación, y me he visto en la necesidad de hacerlo para exhortarles a combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre. Porque algunas personas se han introducido solapadamente, gente a la que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia condenatoria. Son impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesús Cristo. Aunque ya aprendieron de una vez para siempre todo lo que les voy a decir, quiero recordarles que el Señor, después de librar al pueblo de Israel de la tierra de Egipto, aniquiló a los que no creyeron; y también que a los ángeles que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día. Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas sirven también de ejemplo, pues fornicaron como ellos y se fueron tras una carne diferente, padeciendo así la pena de un fuego eterno. Igualmente éstos, a pesar de todo, alucinados en sus delirios, contaminan su cuerpo, desprecian al Señorío e injurian a las Glorias. En cambio, el arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él juicio alguno injurioso, sino que dijo: «Que te castigue el Señor». Pero éstos injurian lo que ignoran, y se corrompen en las cosas que, como animales irracionales, conocen por instinto. ¡Ay de ellos!, que han imitado la conducta de Caín, que por dinero se han abandonado al descarrío de Balaán y han perecido en la rebelión de Coré. Esos que banquetean desvergonzadamente en sus ágapes y se apacientan a sí mismos son una mancha; son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos y arrancados de raíz, doblemente muertos; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre. Henoc, el séptimo después de Adán, profetizó ya sobre ellos: «Miren, el Señor ha venido con sus santas miriadas para realizar el juicio contra todos y dejar convictos a todos los impíos de todas las obras de impiedad que realizaron y de todas las palabras duras que hablaron contra él los pecadores impíos.» Éstos son unos murmuradores, descontentos de su suerte, que viven según sus pasiones, cuya boca dice palabras altisonantes, que adulan por interés. En cambio ustedes, queridos, acuérdense de las predicciones de los apóstoles de nuestro Señor Jesús Cristo. Ellos les decían: «Al final de los tiempos aparecerán hombres sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías.» Éstos son los que crean divisiones, pues llevan una vida sólo natural, sin tener el espíritu. Pero ustedes, queridos, asiéntense firmemente en su santísima fe y oren guiados por el Espíritu Santo. Manténganse en el amor de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesús Cristo, que nos dará la vida eterna. Traten de convencer a los que vacilan; a otros, traten de salvarlos arrancándolos del fuego; y a otros muéstrenles misericordia con cautela, odiando incluso la túnica manchada por su carne. Al que es capaz de guardarlos inmunes de caída y de presentarlos sin tacha ante su gloria con alegría, al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesús Cristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.
Aleluya. Tono 1. Salmo 88.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Verso 1: Los cielos celebran tus maravillas, Señor. [BJ-SAOGM]
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Verso 2: Dios es temible en el consejo de los santo.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Evangelio
Por el apóstol.
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
Jn. 14:21-24
Dijo el Señor a sus discípulos: «El que tiene mis mandamientos y los lleva a la práctica, ése es el que me ama; y el que me ame será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.» Le preguntó Judas —no el Iscariote—: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?» Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará; y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra no es mía, sino del Padre que me ha enviado.» [BJ-SAOGM]
Himno a la Theotokos.
Digno es, en verdad, aclamarte a ti, Theotokos, la siempre bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios. A la más honorable que los querubines y más gloriosa, incomparablemente que los serafines; a ti, la que incorruptamente, diste a luz al Verbo de Dios, a la verdaderamente Theotokos, te exaltamos.
Himno de la comunión. Salmo 18.
Su proclamación se ha divulgado por la tierra y sus palabras hasta los confines de la tierra. [BASJ] ¡Aleluya!
Himno después de la comunión.
Tono 2.
Vimos la luz verdadera. Recibimos el Espíritu celestial. Encontramos la verdadera fe, adorando a la Trinidad indivisible, pues ella nos salvó.
DESPEDIDA
Gloria a ti, Dios nuestro. Gloria a ti.
Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, y del santo apóstol Judas, cuya memoria celebramos; y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.
Normas de Ayuno
Hoy toda clase de comida es permitida.