2025
Domingo | 1 de Junio
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Lecturas del Ciclo Regular
Lectura apostólica
Séptimo domingo, de los santos padres de Nicea
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Hch. 20:16-18, 28-36
Por aquellos días, Pablo había resuelto pasar de largo por Éfeso, para no perder tiempo en Asia. Se daba prisa, porque quería estar el día de Pentecostés en Jerusalén, si le era posible. Desde Mileto mandó Pablo llamar a los presbíteros de la iglesia de Éfeso. Cuando llegaron ante él, les dijo: «Tengan cuidado de ustedes y de toda la grey, en medio de la cual los ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo. Sé muy bien que, después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos feroces que no escatimarán medios para atacar al rebaño; y también que entre ustedes mismos aparecerán algunos propalando falsedades, para arrastrar tras de sí a los discípulos. Por tanto, vigilen y acuérdense que durante tres años no he cesado de amonestarles día y noche con lágrimas a cada uno de ustedes. Ahora les encomiendo a Dios y a su palabra de gracia, que tiene poder para construir el edificio de los creyentes y darles la herencia con todos los santificados. Nunca he codiciado plata, oro o vestidos de nadie. Ustedes saben que estas manos proveyeron a mis necesidades y a las de mis compañeros. En toda ocasión les he enseñado que es así, trabajando, como se debe socorrer a los débiles, y que hay que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando dijo: ‘Mayor felicidad hay en dar que en recibir’.» Dicho esto, se puso de rodillas y oró con todos ellos. [BJ-SAOGM]
Evangelio
Séptimo domingo, de los santos padres de Nicea
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
Jn. 17:1-13
En aquel tiempo, Jesús dijo mirando al cielo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que, según el poder que le has dado sobre toda carne, conceda también vida eterna a todos los que tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesús Cristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo existiese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu palabra. Ahora ya saben que procede de ti todo lo que me has dado; porque las palabras que tú me diste se las he transmitido a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido en verdad que vengo de tu parte, y han creído que tú me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y mi gloria se ha manifestado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo; yo, en cambio, voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a todos los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos la perfecta alegría que yo tengo.» [BJ-SAOGM]
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Sinasario
Del menaion.
El 1 de junio conmemoramos al santo mártir Justino el filósofo.
Del Pentecostario.
Este mismo día, el séptimo domingo de Pascua, celebramos el primer concilio ecuménico de Nicea de los trescientos dieciocho padres portadores de Dios.
Versos
Estrellas luminosas del cielo espiritual, iluminen mi mente con sus rayos.
Contra Arrio
El que, como Arrio, llama al Hijo ajeno a la esencia del Padre, sea también él ajeno a la gloria de Dios.
Por las intercesiones de los santos trescientos dieciocho Padres portadores de Dios, Cristo Dios nuestro, ten piedad de nosotros. Amén.
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Normas de Ayuno
Hoy toda clase de comida es permitida.