2025
Lunes | 12 de Mayo
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Lecturas del Ciclo Regular
Lectura apostólica
Lunes de la cuarta semana
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Hch. 10:1-16
Por aquellos días, había en Cesarea un hombre, llamado Cornelio, centurión de la cohorte Itálica, piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia. Daba muchas limosnas a la gente y continuamente oraba a Dios. Un día, hacia la hora nona, contempló claramente en una visión cómo el ángel de Dios entraba en su casa y le llamaba: «Cornelio.» Él lo miró fijamente y, lleno de espanto, dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios. Ahora envía hombres a Jope y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro. Se hospeda en casa de un tal Simón, curtidor, que tiene la casa junto al mar.» Apenas se fue el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso, de entre sus asistentes, les contó todo y los envió a Jope. Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, subió Pedro a la terraza, a eso de la hora sexta, para hacer oración. Estando allí, sintió hambre y quiso comer. Mientras se lo preparaban, le sobrevino un éxtasis, y vio el cielo abierto y cómo bajaba hacia la tierra una cosa parecida a un gran lienzo, atado por las cuatro puntas. Dentro de él había toda suerte de cuadrúpedos, reptiles y aves. De pronto, oyó una voz: «Pedro, levántate, sacrifica y come.» Pedro replicó: «De ninguna manera, Señor. Jamás he comido nada profano e impuro.» La voz le habló por segunda vez: «No llames profano a lo que Dios ha purificado.» Esto se repitió tres veces, hasta que, de pronto, la cosa aquella fue elevada hacia el cielo. [BJ-SAOGM]
Evangelio
Lunes de la cuarta semana
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
Jn. 6:56-69
Dijo el Señor a los judíos que habían creído en Él: «El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como aquel que comieron vuestros antepasados, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.» Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaún. Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» Pero Jesús, sospechando que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando vean al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen.» (Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.) Y decía: «Por esto les he dicho que nadie puede venir a mí, si no se lo concede el Padre.» Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También ustedes quieren marcharse?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.» [BJ-SAOGM]
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Sinasario
Del menaion.
El 12 de mayo conmemoramos a nuestro padre entre los santos, Epifanio, obispo de Constancia en Chipre.
Por sus santas intercesiones, Cristo Dios, ten piedad de nosotros. Amén.
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Normas de Ayuno
Hoy toda clase de comida es permitida.