2025
Domingo | 11 de Mayo
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Lecturas del Ciclo Regular
Lectura apostólica
Cuarto domingo (del paralítico)
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Hch. 9:32-42
Por aquellos días, Pedro, que andaba recorriendo todos los lugares, bajó también a visitar a los santos que habitaban en Lida. Encontró allí a un hombre llamado Eneas, un paralítico que llevaba ocho años tendido en una camilla. Pedro le dijo: «Eneas, Jesús Cristo te cura. Levántate y arregla tu lecho.» Y al instante se levantó. Todos los habitantes de Lida y Sarón, al verle curado, se convirtieron al Señor. Había en Jope una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Dorkás. Era muy generosa haciendo buenas obras y dando limosnas. Por aquellos días enfermó y murió. La lavaron y la pusieron en la estancia superior. Lida está cerca de Jope, y los discípulos, al enterarse que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres con este ruego: «No tardes en venir donde nosotros.» Pedro partió inmediatamente con ellos. Así que llegó, le hicieron subir a la estancia superior y se le presentaron todas las viudas llorando y mostrando las túnicas y los mantos que Dorkás hacía mientras estuvo con ellas. Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró. Después se volvió hacia el cadáver y dijo: «Tabitá, levántate.» Ella abrió sus ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Pedro le dio la mano y la levantó. Luego llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva. Cuando el suceso se divulgó por Jope, muchos creyeron en el Señor. [BJ-SAOGM]
Evangelio
Cuarto domingo (del paralítico)
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
Jn. 5:1-15
En aquel tiempo, Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén una piscina Probática llamada en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban la agitación del agua. Es que el ángel del Señor se lavaba de tiempo en tiempo en la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua recobraba la salud de cualquier mal que tuviera. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dijo: «¿Quieres recobrar la salud?» Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro se mete antes que yo.» Jesús le dijo: «Levántate, toma tu camilla y anda.» El hombre recobró al instante la salud, tomó su camilla y se fue andando. Pero como aquel día era sábado, los judíos dijeron al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla.» Él les respondió: «El que me ha devuelto la salud me ha dicho: ‘Toma tu camilla y anda’.» Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho eso?» Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido entre la multitud que había en aquel lugar. Más tarde, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: «Mira, has recobrado la salud; no peques más, para que no te suceda algo peor.» El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que le había devuelto la salud. [BJ-SAOGM]
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Sinasario
Del menaion.
El 11 de mayo conmemoramos espiritualmente el aniversario de la dedicación de la ciudad de Constantinopla, consagrada de manera especial a nuestra Señora, la Theotokos, y protegida por ella en todo momento.
Del Pentecostario.
Siendo hoy el cuarto domingo después de la Pascua, recordamos al paralítico y celebramos, como es debido, el milagro que se obró en él.
Versos
La palabra de Cristo fue un soporte para el paralítico. Así, con una simple expresión, se obró la curación.
Por tu infinita misericordia, Cristo Dios, ten piedad de nosotros. Amén.
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Normas de Ayuno
Hoy toda clase de comida es permitida.