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2025

Lunes | 5 de Mayo


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Lecturas del Ciclo Regular

Lectura apostólica

Lunes de la tercera semana

Lectura de los Hechos de los Apóstoles.

Hch. 6:8-15; 7:1-5, 47-60

Por aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y signos entre el pueblo. Se presentaron algunos de la sinagoga llamada de los Libertos, cirenenses y alejandrinos, y otros de Cilicia y Asia, y se pusieron a discutir con Esteban; pero no eran capaces de enfrentarse a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a unos hombres para que dijeran: «Hemos oído a éste pronunciar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.» De esta forma amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; vinieron de improviso, lo detuvieron y lo condujeron al Sanedrín. Presentaron entonces testigos falsos que declararon: «Este hombre no para de hablar en contra del Lugar santo y de la Ley; pues le hemos oído decir que Jesús, ese Nazoreo, destruiría este Lugar y cambiaría las costumbres que Moisés nos transmitió.» Al fijar su mirada en él todos los que estaban sentados en el Sanedrín, vieron su rostro como el rostro de un ángel. El Sumo Sacerdote preguntó: «¿Es así?» Él respondió: «Hermanos y padres, escuchen. El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán cuando estaba en Mesopotamia, antes de que se estableciese en Jarán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que yo te muestre. Entonces salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Jarán. Después de morir su padre, Dios le hizo emigrar de allí a esta tierra que ustedes habitan ahora. Pero no le dio de ella en heredad ni la huella de un pie, sino que prometió dársela en posesión a él y a su descendencia después de él, aunque no tenía ningún hijo. Pero fue Salomón el que le edificó casa, aunque el Altísimo no habita en casas fabricadas por manos humanas, como dice el profeta: ‘El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué casa me van a construir? O ¿cuál será el lugar de mi descanso? ¿Es que no ha hecho mi mano todas estas cosas?’ ¡Duros de cerviz, incircuncisos de mente y de oído! ¡Ustedes siempre ofrecen resistencia al Espíritu Santo! ¡Son igual que sus antepasados! ¿A qué profeta no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que habían anunciado de antemano la venida del Justo, de aquel a quien ustedes ahora han traicionado y asesinado; ustedes, que recibieron la Ley por mediación de ángeles y no la han guardado.» Mientras oían estas cosas, se consumían de rabia por dentro y rechinaban sus dientes contra él. Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a su derecha. Dijo entonces: «Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.» Al oírlo ellos, se pusieron a vociferar, se taparon sus oídos y todos a una se abalanzaron sobre él; lo arrastraron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los testigos depusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban hacía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Después dobló las rodillas y dijo con voz sonora: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y diciendo esto, se durmió. [BJ-SAOGM]

Evangelio

Lunes de la tercera semana

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

Jn. 4:46-54

En aquel tiempo, había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaún. Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a rogarle que bajase a curar a su hijo, porque estaba a punto de morir. Entonces Jesús le dijo: «Si no ven signos y prodigios, no creen.» El funcionario replicó: «Señor, baja antes de que muera mi hijo.» Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos y le dijeron que su hijo vivía. Él les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. Ellos respondieron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.» El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia. Éste fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea. [BJ-SAOGM]


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Sinasario

Del menaion.

El 5 de mayo conmemoramos a la santa y gran mártir Irene.

Por sus santas intercesiones, Cristo Dios, ten piedad de nosotros. Amén.

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Normas de Ayuno

Hoy toda clase de comida es permitida.