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Hieraticón
Divina Liturgia de S. Juan Crisóstomo
Menaion - 19 de Febrero
Memoria del santo apóstol Arquipo
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LITURGIA DE S. JUAN CRISÓSTOMO
Primera antífona. Tono 2.
Verso 1: Bueno es alabar al Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. [BASJ]
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 2: Para anunciar por la mañana tu misericordia y tu fidelidad por la noche.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 3: Es recto el Señor, nuestro Dios, y no hay injusticia en él.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Segunda antífona. Tono 2.
Verso 1: El Señor reinó, se vistió de hermosura, se vistió el Señor de fortaleza y se ciñó. [BASJ]
O:
Verso 1: Vengan, regocíjense en el Señor, celebremos las glorias de Dios, salvador nuestro. [BASJ]
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 2: Porque afirmó la redondez de la tierra, que no será conmovida.
O:
Verso 2: Presentémonos ante su rostro con alabanza, celebrémosle con salmos. Porque el Señor es un Dios grande y un rey grande sobre todos los dioses.
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 3: La santidad es el adorno de tu casa, Señor, por largos días.
O:
Verso 3: Porque en su mano están todos los confines de la tierra; son suyas las alturas de los montes. Porque suyo es el mar, él lo hizo y sus manos formaron la tierra árida.
Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Hijo Unigénito y Verbo de Dios: tú que eres inmortal; accediste para nuestra salvación, a encarnarte de la santa Theotokos y siempre virgen María, inalterado te hiciste hombre; crucificado, Cristo Dios, con tu muerte a la muerte venciste; eres uno de la santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo: ¡Sálvanos!
Tercera antífona.
Apolitiquio del día.
Por la cruz.
Del Horologio - - -
Tono 1.
Salva, oh Señor, a tu pueblo y bendice tu heredad; concédenos la victoria sobre nuestros adversarios y a los tuyos guarda por el poder de tu Cruz. [SAOGM]
Himno de la entrada. Tono 2.
Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo. Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Himnos después de la pequeña entrada.
Apolitiquio del día.
Por la cruz.
Del Horologio - - -
Tono 1.
Salva, oh Señor, a tu pueblo y bendice tu heredad; concédenos la victoria sobre nuestros adversarios y a los tuyos guarda por el poder de tu Cruz. [SAOGM]
Por orden del Metropolita de México, se canta el siguiente apolitquio antes del apolitiquio del templo local.
Por la Protectora de México.
Tono 3.
Θείας πίστεως.
Protectora de México, dulce, bendita y agraciada Madre de Dios, por quien se vive. Nosotros tus siervos, heredad de tu Hijo, te cantamos, suplicando, protege a tu pueblo e intercede ante Él para que salve nuestras almas. [SAOGM]
Se canta el apolitiquio de la comunidad local.
Después:
Condaquio del día. Por la cruz.
Tono 4. Melodía modelo (aftómelon).
Ὁ ὑψωθεὶς ἐν τῷ Σταυρῷ.
Oh Tú que voluntariamente sobre la Cruz fuiste levantado, ten misericordia del nuevo pueblo llamado por tu Nombre, alegra con tu poder a los creyentes, oh Cristo Dios, otorgándoles victoria sobre el enemigo y que les sea tu auxilio un arma de paz y triunfo invencible. [unES]
HIMNO TRISAGIO
Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Lectura apostólica
Miércoles de la trigésimo quinta semana
Proquímeno. Tono 3. Oda novena.
Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador. [BASJ]
Verso: Porque ha mirado la humildad de su esclava; desde ahora todas las generaciones me dirán bienaventurada. [BASJ]
Lectura de la primera carta universal de san Juan.
1 Jn. 3:21 – 24, 4:1 – 11
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos confianza total en Dios, y obtendremos de él todo lo que le pidamos, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo, Jesús Cristo, y que nos amemos unos a otros según el mandamiento que nos dio. Quien guarda sus mandamientos mora en Dios y Dios en él; y en esto conocemos que mora en nosotros: en que nos ha dado el Espíritu. Queridos, no se fíen de cualquier espíritu; antes bien, comprueben si los espíritus son de Dios, pues son muchos los falsos profetas que han venido al mundo. En esto podrán reconocer quién tiene el espíritu de Dios: todo el que confiesa que Jesús Cristo vino como verdadero hombre, ése tiene el espíritu de Dios; y todo el que no confiesa a Jesús, ése no tiene el espíritu de Dios. Ese tal es del Anticristo, el que oyeron que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Ustedes, hijos míos, son de Dios y los han vencido. Pues el que está en ustedes es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo, y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha; el que no es de Dios no nos escucha. En esto podemos reconocer el espíritu de la verdad y el del error. Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios; en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de expiación, para el perdón de nuestros pecados. Queridos, si Dios nos ha amado de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. [BJ-SAOGM]
CORO
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
(Se canta “Aleluya” tres veces. Los versículos correspondientes se encuentran en el documento “Liturgia - partes variables” de la misma fecha.)
Evangelio
Miércoles de carnes
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
Mc. 14:43-72; 15:1
En aquel tiempo, Jesús todavía estaba hablando, cuando de pronto se presentó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo armado con espadas y palos. Venían de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos. El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es; deténganlo y llévenlo con cautela.» Nada más llegar, se acercó a él y le dijo: «Rabbí», y le dio un beso. Ellos le echaron mano y le detuvieron. En esto, uno de los presentes, sacando la espada, hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le llevó la oreja. Jesús tomó la palabra y les dijo: «¡Han salido a detenerme con espadas y palos, como si fuese un bandido! Todos los días estaba junto a ustedes enseñando en el Templo, y no me detuvieron. Pero todo esto sucede para que se cumplan las Escrituras.» Todos lo abandonaron y huyeron. Detuvieron a un joven que le seguía cubierto sólo con un lienzo, pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo. Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote. Allí se reunieron todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas. También Pedro le siguió de lejos, hasta el interior del palacio del Sumo Sacerdote; y se quedó allí sentado con los criados, calentándose al fuego. Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte, pero no lo encontraban. Eran muchos los que lo acusaban en falso, pero los testimonios no coincidían. Algunos, levantándose, dieron contra él este falso testimonio: «Nosotros le oímos decir: ‘Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres.’» Pero tampoco en este caso coincidía su testimonio. Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y, poniéndose en medio, preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿No oyes lo que éstos atestiguan contra ti?» Pero él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» Jesús respondió: «Sí, yo soy; y verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.» El Sumo Sacerdote se rasgó las túnicas y dijo: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acaban de oír la blasfemia. ¿Qué les parece?» Todos juzgaron que era reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle; le cubrían la cara y le daban bofetadas, mientras le decían: «Adivina.» Y los criados lo recibieron a golpes. Estando Pedro abajo, en el patio, llegó una de las criadas del Sumo Sacerdote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró atentamente y le dijo: «También tú estabas con Jesús de Nazaret.» Pero él lo negó: «Ni sé ni entiendo qué dices», y salió afuera, al portal. Entonces cantó un gallo. Le vio la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Éste es uno de ellos.» Pero él lo negó de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decir a Pedro: «Ciertamente eres de ellos, pues además eres galileo.» Pero él se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien hablan!» Inmediatamente cantó un gallo por segunda vez. Pedro recordó entonces lo que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.» Y rompió a llorar. Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y, después de haber atado a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. [BJ-SAOGM]
Himno a la Theotokos.
Digno es, en verdad, aclamarte a ti, Theotokos, la siempre bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios. A la más honorable que los querubines y más gloriosa, incomparablemente que los serafines; a ti, la que incorruptamente, diste a luz al Verbo de Dios, a la verdaderamente Theotokos, te exaltamos.
Himno de la comunión. Salmo 115.
El cáliz de salvación tomaré y el nombre del Señor invocaré. [BASJ] ¡Aleluya!
Himno después de la comunión.
Tono 2.
Vimos la luz verdadera. Recibimos el Espíritu celestial. Encontramos la verdadera fe, adorando a la Trinidad indivisible, pues ella nos salvó.
DESPEDIDA
Gloria a ti, Dios nuestro. Gloria a ti.
Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.
Normas de Ayuno
Ayuno estricto. Nos abstenemos de consumir todo tipo de carne, pescados, aceite, vino, productos lácteos, y huevos.
Las normas de hoy se aplican los miércoles y viernes.