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Libros - Fuentes

Hieraticón

Divina Liturgia de S. Juan Crisóstomo

Horologio

Apolitiquios entre semana

Octóijos - Tono 8 (plagal 4).

Miércoles por la mañana

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LITURGIA DE S. JUAN CRISÓSTOMO

Primera antífona. Tono 2.

Verso 1: Bueno es alabar al Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. [BASJ]

Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.

Verso 2: Para anunciar por la mañana tu misericordia y tu fidelidad por la noche.

Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.

Verso 3: Es recto el Señor, nuestro Dios, y no hay injusticia en él.

Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.


Segunda antífona. Tono 2.

Verso 1: El Señor reinó, se vistió de hermosura, se vistió el Señor de fortaleza y se ciñó. [BASJ]

O:

Verso 1: Vengan, regocíjense en el Señor, celebremos las glorias de Dios, salvador nuestro. [BASJ]

Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!

Verso 2: Porque afirmó la redondez de la tierra, que no será conmovida.

O:

Verso 2: Presentémonos ante su rostro con alabanza, celebrémosle con salmos. Porque el Señor es un Dios grande y un rey grande sobre todos los dioses.

Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!

Verso 3: La santidad es el adorno de tu casa, Señor, por largos días.

O:

Verso 3: Porque en su mano están todos los confines de la tierra; son suyas las alturas de los montes. Porque suyo es el mar, él lo hizo y sus manos formaron la tierra árida.

Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Hijo Unigénito y Verbo de Dios: tú que eres inmortal; accediste para nuestra salvación, a encarnarte de la santa Theotokos y siempre virgen María, inalterado te hiciste hombre; crucificado, Cristo Dios, con tu muerte a la muerte venciste; eres uno de la santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo: ¡Sálvanos!


Tercera antífona.

Apolitiquio del día.

Por la cruz.

Del Horologio - - -

Tono 1.

Salva, oh Señor, a tu pueblo y bendice tu heredad; concédenos la victoria sobre nuestros adversarios y a los tuyos guarda por el poder de tu Cruz. [SAOGM]


Himno de la entrada. Tono 2.

Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo. Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!


Himnos después de la pequeña entrada.

Apolitiquio del día.

Por la cruz.

Del Horologio - - -

Tono 1.

Salva, oh Señor, a tu pueblo y bendice tu heredad; concédenos la victoria sobre nuestros adversarios y a los tuyos guarda por el poder de tu Cruz. [SAOGM]

Por orden del Metropolita de México, se canta el siguiente apolitquio antes del apolitiquio del templo local.

Por la Protectora de México.

Tono 3.

Θείας πίστεως.

Protectora de México, dulce, bendita y agraciada Madre de Dios, por quien se vive. Nosotros tus siervos, heredad de tu Hijo, te cantamos, suplicando, protege a tu pueblo e intercede ante Él para que salve nuestras almas. [SAOGM]

Se canta el apolitiquio de la comunidad local.

Después:


Condaquio del día. Por la cruz.

Tono 4. Melodía modelo (aftómelon).

Ὁ ὑψωθεὶς ἐν τῷ Σταυρῷ.

Oh Tú que voluntariamente sobre la Cruz fuiste levantado, ten misericordia del nuevo pueblo llamado por tu Nombre, alegra con tu poder a los creyentes, oh Cristo Dios, otorgándoles victoria sobre el enemigo y que les sea tu auxilio un arma de paz y triunfo invencible. [unES]


HIMNO TRISAGIO

Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.


Lectura apostólica

Miércoles de la 34a semana

Proquímeno. Tono 3. Oda novena.

Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador. [BASJ]

Verso: Porque ha mirado la humildad de su esclava; desde ahora todas las generaciones me dirán bienaventurada. [BASJ]

Lectura de la segunda carta universal de san Pedro.

2 P. 3:1-18

Queridos, ésta es ya la segunda carta que les escribo. En ambas, con mi exhortación, he intentado despertar en ustedes el recto criterio. Acuérdense de las predicciones de los santos profetas y del mandamiento de sus apóstoles, que es el mismo del Señor y Salvador. Sepan ante todo que en los últimos días vendrán hombres cargados de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación.» Es gente que ignora conscientemente que hace tiempo existió un cielo, y también una tierra que surgió del agua y fue establecida entre las aguas por la palabra de Dios; y que el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio. Y no quieren saber que los cielos y la tierra presentes, sujetos a esa misma palabra, están destinados al fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos. Pero hay algo, queridos, que no pueden ignorar: que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años, como un día. No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen; lo que ocurre es que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión. El Día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos se desharán con ruido ensordecedor; los elementos, abrasados, se disolverán; y la tierra y cuanto contiene se consumirá. Puesto que todo esto va a ser consumido así, conviene que, afincados en su santa conducta y en la piedad, esperen y aceleren la venida del Día de Dios, el momento en que los cielos se disolverán entre llamas, y los elementos, abrasados, se fundirán. Pero nosotros, conforme a la promesa de Dios, esperamos unos nuevos cielos y una nueva tierra, en los que habite la justicia. Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esfuércense porque él los encuentre en paz, sin mancilla y sin tacha. Consideren que la paciencia de nuestro Señor es para nuestra salvación, tal como se lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. Lo escribe también en todas las cartas en las que habla de esto, aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente —como también las demás Escrituras— para su propia perdición. Ustedes, pues, queridos, ya están advertidos. Vivan alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, se vean derribados de su firme postura. Crezcan, pues, en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesús Cristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. [BJ-SAOGM]


CORO

¡Aleluya, aleluya, aleluya!

(Se canta “Aleluya” tres veces. Los versículos correspondientes se encuentran en el documento “Liturgia - partes variables” de la misma fecha.)

Evangelio

Miércoles de la 17a semana de Lucas

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

Mc. 13:24-31

Dijo el Señor a sus discípulos: «Por esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre viniendo entre nubes con gran poder y gloria; entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. De la higuera aprendan esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean que sucede esto, saben que Él está cerca, a las puertas. Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.» [BJ-SAOGM]


Himno a la Theotokos.

Digno es, en verdad, aclamarte a ti, Theotokos, la siempre bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios. A la más honorable que los querubines y más gloriosa, incomparablemente que los serafines; a ti, la que incorruptamente, diste a luz al Verbo de Dios, a la verdaderamente Theotokos, te exaltamos.


Himno de la comunión. Salmo 115.

El cáliz de salvación tomaré y el nombre del Señor invocaré. [BASJ] ¡Aleluya!


Himno después de la comunión.

Tono 2.

Vimos la luz verdadera. Recibimos el Espíritu celestial. Encontramos la verdadera fe, adorando a la Trinidad indivisible, pues ella nos salvó.


DESPEDIDA

Gloria a ti, Dios nuestro. Gloria a ti.

Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.


Normas de Ayuno

Hoy toda clase de comida es permitida.

Es la primera semana del Triodio.