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2025

Miércoles | 12 de Febrero


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Lecturas del Ciclo Regular

Lectura apostólica

Miércoles de la 34a semana

Lectura de la segunda carta universal de san Pedro.

2 P. 3:1-18

Queridos, ésta es ya la segunda carta que les escribo. En ambas, con mi exhortación, he intentado despertar en ustedes el recto criterio. Acuérdense de las predicciones de los santos profetas y del mandamiento de sus apóstoles, que es el mismo del Señor y Salvador. Sepan ante todo que en los últimos días vendrán hombres cargados de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación.» Es gente que ignora conscientemente que hace tiempo existió un cielo, y también una tierra que surgió del agua y fue establecida entre las aguas por la palabra de Dios; y que el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio. Y no quieren saber que los cielos y la tierra presentes, sujetos a esa misma palabra, están destinados al fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos. Pero hay algo, queridos, que no pueden ignorar: que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años, como un día. No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen; lo que ocurre es que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión. El Día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos se desharán con ruido ensordecedor; los elementos, abrasados, se disolverán; y la tierra y cuanto contiene se consumirá. Puesto que todo esto va a ser consumido así, conviene que, afincados en su santa conducta y en la piedad, esperen y aceleren la venida del Día de Dios, el momento en que los cielos se disolverán entre llamas, y los elementos, abrasados, se fundirán. Pero nosotros, conforme a la promesa de Dios, esperamos unos nuevos cielos y una nueva tierra, en los que habite la justicia. Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esfuércense porque él los encuentre en paz, sin mancilla y sin tacha. Consideren que la paciencia de nuestro Señor es para nuestra salvación, tal como se lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. Lo escribe también en todas las cartas en las que habla de esto, aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente —como también las demás Escrituras— para su propia perdición. Ustedes, pues, queridos, ya están advertidos. Vivan alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, se vean derribados de su firme postura. Crezcan, pues, en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesús Cristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. [BJ-SAOGM]

Evangelio

Miércoles de la 17a semana de Lucas

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

Mc. 13:24-31

Dijo el Señor a sus discípulos: «Por esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre viniendo entre nubes con gran poder y gloria; entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. De la higuera aprendan esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean que sucede esto, saben que Él está cerca, a las puertas. Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.» [BJ-SAOGM]


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Sinasario

Del menaion.

El 12 de febrero conmemoramos a nuestro padre entre los santos Melecio, arzobispo de gran Antioquía.

Por las intercesiones de tu santos, oh Dios, ten piedad de nosotros. Amén.

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Normas de Ayuno

Hoy toda clase de comida es permitida.

Es la primera semana del Triodio.