Libros - Fuentes
Hieraticón
Divina Liturgia de S. Juan Crisóstomo
Octóijos - Tono 3.
Domingo por la mañana
Menaion - 5 de Enero
Pre-fiesta de la Epifanía.
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LITURGIA DE S. JUAN CRISÓSTOMO
ENARXIS, LETANÍA DE LA PAZ, ANTÍFONAS
DIÁCONO
Bendice, soberano.
SACERDOTE
Bendito el reino del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO
Amén.
DIÁCONO
En paz, roguemos al Señor.
CORO (después de cada petición)
Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Por la paz de lo alto y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las santas Iglesias de Dios y la unión de todos, roguemos al Señor.
Por esta santa morada y por todos los que en ella entran con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.
Por los cristianos piadosos y ortodoxos, roguemos al Señor.
Por nuestro arzobispo (N.), el honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Por nuestra piadosa nación, por toda autoridad y poder roguemos al Señor.
Por esta ciudad (Monasterio, Pueblo, o Isla), por toda ciudad y país, y por los fieles que en ellos habitan, roguemos al Señor.
Por un clima benéfico, por la abundancia de los frutos de la tierra y por tiempos pacíficos, roguemos al Señor.
Por quienes viajan por mar, tierra o aire, por los enfermos, los afligidos, los cautivos y por su salvación, roguemos al Señor.
Por nuestra liberación de toda tribulación, ira, peligro y necesidad, roguemos al Señor.
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.
Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DE LA PRIMERA ANTÍFONA
Señor Dios nuestro, de poder irrepresentable y gloria incomprensible, de misericordia incalculable y filantropía indecible; con tu entrañable compasión Soberano, observa a nosotros y a esta tu santa morada, activa las riquezas de tu misericordia y de tu compasión entre nosotros y a quienes junto con nosotros oran.
SACERDOTE (en voz alta)
Pues a ti se debe toda gloria, honor y adoración: al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO
Amén.
Primera antífona. Tono 2.
Verso 1: Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. [SAOGM]
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 2: Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Verso 3: El Señor puso en el cielo su trono, su soberanía gobierna el universo.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Por las intercesiones de la Theotokos, Salvador, sálvanos.
PEQUEÑA LETANÍA
DIÁCONO
Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DE LA SEGUNDA ANTÍFONA
Señor, Dios nuestro, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; protege la plenitud de tu Iglesia, santifica a los que aman la hermosura de tu morada, glorifícales también con tu divino poder y a nosotros que esperamos en ti no nos abandones.
SACERDOTE (en voz alta)
Porque tuyo es el poder, y tuyos son el reino, la fuerza y la gloria; del Padre y del Hijo y del Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO
Amén.
Segunda antífona. Tono 2.
Verso 1: Alaba, alma mía, al Señor: alabaré al Señor mientras viva, cantaré para mi Dios mientras exista. [SAOGM]
Sálvanos, Hijo de Dios, el resucitado de entre los muertos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 2: Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios.
Sálvanos, Hijo de Dios, el resucitado de entre los muertos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Verso 3: El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.
Sálvanos, Hijo de Dios, el resucitado de entre los muertos. Te cantamos, ¡Aleluya!
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Hijo Unigénito y Verbo de Dios: tú que eres inmortal; accediste para nuestra salvación, a encarnarte de la santa Theotokos y siempre virgen María, inalterado te hiciste hombre; crucificado, Cristo Dios, con tu muerte a la muerte venciste; eres uno de la santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo: ¡Sálvanos!
PEQUEÑA LETANÍA
DIÁCONO
Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DE LA TERCERA ANTÍFONA
Tú que nos concediste la gracia de estas comunes y unísonas oraciones y que prometiste aceptar las peticiones a dos o tres concordes en tu nombre, tú mismo también ahora, cumple, las peticiones, de tus servidores para lo que conviene otorgándonos, en el presente siglo, el conocimiento, de tú verdad, y en el futuro, la vida eterna.
SACERDOTE (en voz alta)
Porque eres un Dios bondadoso y filántropo, y a ti rendimos gloria; al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO
Amén.
Tercera antífona.
Tono 3.
Verso 1: ¡Este es el día que ha hecho el Señor, gocemos y alegrémonos en él! [SAOGM]
Apolitiquio de la Resurrección.
Tono 3.
Regocíjense los celestiales y alégrense los terrenales, porque ha hecho el Señor fuerza con su brazo, y con muerte pisoteó a la muerte. A llegado a ser primogénito de entre los muertos; de las entrañas del Hades nos ha salvado, y concediendo al mundo gran misericordia. [SAOGM]
Verso 2: Que lo aclamen los cielos y la tierra.
Regocíjense los celestiales y alégrense los terrenales, porque ha hecho el Señor fuerza con su brazo, y con muerte pisoteó a la muerte. A llegado a ser primogénito de entre los muertos; de las entrañas del Hades nos ha salvado, y concediendo al mundo gran misericordia. [SAOGM]
ENTRADA MENOR
Mientras se canta la tercera antífona (con sus versos), el sacerdote y el diácono se inclinan tres veces ante el altar. Luego el sacerdote entrega el santo evangelio al diácono, quien le besa la mano al recibirlo, y luego los dos caminan alrededor del santo altar para salir por la puerta norte. Los acólitos salen primero, portando velas y querubines. (Si no hay diácono, el sacerdote toma el santo evangelio y lo sostiene frente a su rostro.) Cuando llegan todos al centro de la iglesia, se detienen e inclinan la cabeza, y el Diácono dice en voz baja:
DIÁCONO (en voz baja)
Roguemos al Señor. Señor, ten piedad.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DE LA ENTRADA
Soberano Señor y Dios nuestro, que instituiste en los cielos legiones y ejércitos de ángeles y arcángeles al servicio de tu gloria, haz que con nuestra entrada se realice la entrada de los santos ángeles concelebrando y glorificando juntamente con nosotros tu bondad. Pues a ti se debe toda gloria, honor y adoración: al Padre y al Hijo y al Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
DIÁCONO (en voz baja)
Bendice, soberano, la santa entrada.
SACERDOTE (en voz baja)
Bendita es la entrada de tus santos eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
DIÁCONO (en voz alta)
¡Sabiduría! ¡De pie!
CORO
Himno de la entrada. Tono 2.
Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo. Sálvanos, Hijo de Dios, el resucitado de entre los muertos.
Te cantamos, ¡Aleluya!
Himnos después de la pequeña entrada.
CORO
Del Octóijos - - -
Apolitiquio de la Resurrección.
Tono 3.
Regocíjense los celestiales y alégrense los terrenales, porque ha hecho el Señor fuerza con su brazo, y con muerte pisoteó a la muerte. A llegado a ser primogénito de entre los muertos; de las entrañas del Hades nos ha salvado, y concediendo al mundo gran misericordia. [SAOGM]
Por la pre-fiesta.
Del Menaion - - -
Tono 4.
Κατεπλάγη Ἰωσήφ.
El río Jordán retrocedió una vez por el manto de Eliseo, cuando Elías fue llevado al cielo; entonces las aguas se separaron. Las corrientes de agua se convirtieron en un paso seco para él, como una señal y un tipo del bautismo, por el cual nosotros pasamos al otro lado de la corriente cambiante de esta vida pasajera. Cristo ha aparecido en el río Jordán para santificar las aguas. [unES]
Por orden del Metropolita de México, se canta el siguiente apolitquio antes del apolitiquio del templo local.
De la Protectora de México.
Tono 3.
Θείας πίστεως.
Protectora de México, dulce, bendita y agraciada Madre de Dios, por quien se vive. Nosotros tus siervos, heredad de tu Hijo, te cantamos, suplicando, protege a tu pueblo e intercede ante Él para que salve nuestras almas. [SAOGM]
Se canta el apolitiquio de la comunidad local.
Después:
Condaquio.
Del Menaion - - -
Tono 4.
Ἐπεφάνης σήμερον.
Hoy el Señor se presenta en las corrientes del Jordán, exclamando a Juan y diciendo: “No temas bautizarme; porque si he venido es para salvar al primer creado Adán.” [unES]
HIMNO TRISAGIO
DIÁCONO: Roguemos al Señor.
CORO: Señor, ten piedad.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DEL HIMNO TRISAGIO
Santo Dios, que descansas entre tus santos y eres alabado por los Serafines con el himno trisagio y glorificado por los Querubines y adorado por toda potestad celestial, tú que de la nada trajiste todo a la existencia, que creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y lo adornaste con todos tus dones; Tú que das al suplicante sabiduría y prudencia, y no desprecias al pecador, sino que instituiste el arrepentimiento para su salvación; Tú que dignificaste, a nosotros tus humildes e indignos servidores, de estar ahora ante la gloria de tu Santo Altar y de ofrecerte la adoración y la alabanza que te son debidas; Tú mismo, Soberano, recibe, aun de la boca de nosotros, pecadores, el himno trisagio, y visítanos en tu bondad. Perdona todas nuestras transgresiones voluntarias e involuntarias; Santifica nuestras almas y cuerpos, y concede que te adoremos en santidad todos los días de nuestra vida; por las intercesiones de la santísima Theotokos y de todos los santos que desde el origen de los siglos te complacieron.
SACERDOTE (en voz alta)
Porque tú eres santo, Dios nuestro, y a ti rendimos gloria: al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre,
DIÁCONO
y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
HIMNO TRISAGIO
Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
DIÁCONO
¡Fuerte!
DIÁCONO (en voz baja)
Ordena, Soberano.
SACERDOTE (en voz baja)
Bendito es aquel que viene en el nombre del Señor.
DIÁCONO (en voz baja)
Bendice, soberano, el excelso trono.
SACERDOTE (en voz baja)
Bendito eres en el trono de la gloria de tu reino, tú que estás sentado sobre los querubines, eternamente, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
CORO
¡Fuerte!
Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros.
Lectura apostólica
Domingo Antes de la Epifanía.
DIÁCONO
¡Atendamos!
LECTOR
Proquímeno. Tono 6 (plagal 2). Salmo 27.
Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad. [BJ-SAOGM]
Verso: A ti alzo mi voz, Señor, oh Dios mío. [BJ-SAOGM]
DIÁCONO
¡Sabiduría!
LECTOR
Lectura de la segunda carta de san Pablo a Timoteo.
DIÁCONO
¡Atendamos!
LECTOR
2 Tm. 4:5 – 8
Timoteo, hijo mío, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio. Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación, y el momento de mi partida es inminente. He participado en una noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación. [BJ-SAOGM]
SACERDOTE
Paz a ti lector.
CORO
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
(Se canta “Aleluya” tres veces. Los versículos correspondientes se encuentran en el documento “Liturgia - partes variables” de la misma fecha.)
Santo Evangelio
ORACIÓN DEL SANTO EVANGELIO
SACERDOTE (en voz baja)
Soberano filántropo, haz brillar en nuestros corazones la luz pura de tu conocimiento, y abre los ojos de nuestro entendimiento a la comprensión de tus predicaciones evangélicas; inculca asimismo en nosotros el temor de tus bienaventurados mandamientos a fin de que, habiendo pisoteado todos los deseos carnales, vayamos en busca de un espiritual modo de vida, pensando y obrando cuanto es de tu agrado. Porque tú eres la iluminación de nuestras almas y cuerpos, Cristo Dios, y a ti rendimos gloria junto con tu Padre que no tiene principio y con tu santísimo, bondadoso y vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
DIÁCONO
¡Sabiduría! ¡De pie! Escuchemos el santo Evangelio.
SACERDOTE: Paz a todos.
CORO: Y a tu espíritu.
DIÁCONO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
SACERDOTE
¡Atendamos!
CORO
¡Gloria a ti, Señor, gloria a ti!
DIÁCONO
Mc. 1:1 – 8
Comienzo del Evangelio de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en el profeta Isaías: ‘Voy a enviar a mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas’, apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, tras confesar sus pecados. Juan llevaba un vestido de piel de camello, y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo; y no soy digno de inclinarme y desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo.» [BJ-SAOGM]
SACERDOTE
Paz a ti, evangelizador.
CORO
¡Gloria a ti, Señor, gloria a ti!
SACERDOTE (en voz baja)
SEGUNDA ORACIÓN DE LOS FIELES
De nuevo y reiteradamente nos postramos ante ti, y te pedimos, bondadoso y filántropo, que, habiendo atendido nuestra petición, purifiques nuestra alma y cuerpo de toda mancha de carne y de espíritu, y nos concedas, sin culpa ni condenación, presentarnos ante tu santo altar. Otorga, además, Dios, a los que oran junto con nosotros, el progreso en la vida, en la fe y en el conocimiento espiritual; concédeles, que te rindan siempre culto con temor y amor, que sin culpa ni condenación participen de tus santos misterios y sean hechos dignos de tu reino celestial.
SACERDOTE (en voz alta)
Para que siendo protegidos siempre bajo tu poder, te rindamos gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
GRAN ENTRADA
Himno querúbico
Quienes a los querubines místicamente representamos y a la vivificadora Trinidad el himno trisagio cantamos: todo mundano afán depongamos. Para acoger al rey de todos.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DEL HIMNO QUERÚBICO
Ninguno de los que se hallan atados por los deseos y placeres carnales es digno de llegar o de acercarse a ti, ni de servirte, rey de la gloria; pues el servirte es cosa grande y terrible aun para las potestades celestiales. No obstante, por tu indecible e infinito amor a la humanidad, te hiciste hombre sin cambio ni alteración, y te erigiste sumo sacerdote nuestro, concediéndonos a nosotros el ministerio de este litúrgico e incruento sacrificio, como Soberano de todo; puesto que sólo tú, Señor Dios nuestro, ejerces el dominio sobre todas las cosas celestiales y terrenales; tú que te asientas sobre el trono de los querubines; que eres el Señor de los serafines; que eres el Señor de los Serafines y el rey de Israel, el único santo, y descansas entre los santos. A ti, pues, dirijo mi súplica, único bueno y pronto para escuchar: Obsérvame a mí, tu pecador y inútil siervo y limpia mi alma y mi corazón de conciencia de malignidad; y hazme capaz por el poder de tu santo Espíritu, ya que me hallo investido de la gracia del sacerdocio, para estar ante esta tu santa mesa y ministrar tu santo e inmaculado Cuerpo y tu preciosa Sangre. Pues ante ti acudo e inclinado la cabeza te suplico; no apartes de mí tu rostro, ni me rechaces de entre tus hijos, sino dígnate aceptar de mí, tu servidor, pecador e indigno, estos dones; porque tú mismo eres quien ofrece y quién eres ofrecido, tú quien recibes y quién eres distribuido, Cristo Dios nuestro, y a ti rendimos gloria junto con tu Padre eterno y tu santísimo Espíritu bueno y vivificador, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Quienes a los querubines místicamente representamos y a la vivificadora Trinidad el himno trisagio cantamos: todo mundano afán depongamos. * Para acoger al rey de todos. Acompañado invisiblemente por legiones angélicas. ¡Aleluya, aleluya, aleluya! (3 veces)
DIÁCONO
El Señor Dios se acuerde eternamente de todos ustedes y de todos los piadosos Cristianos Ortodoxos en su reino ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
Acompañado invisiblemente por legiones angélicas. ¡Aleluya, aleluya, aleluya!
LETANÍA COMPLETIVA
DIÁCONO
Completemos nuestra súplica al Señor.
CORO (después de cada petición)
Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Por los preciosos dones ya ofrecidos, roguemos al Señor.
Por esta santa morada y por todos los que en ella entran con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.
Por nuestra liberación de toda tribulación, ira, peligro y necesidad, roguemos al Señor.
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.
Que el día entero sea perfecto, santo, pacífico, y sin pecado, pidamos al Señor.
CORO (después de cada petición)
Concédelo, Señor.
DIÁCONO
Un ángel de paz, guía fiel y custodio de nuestras almas y cuerpos, pidamos al Señor.
Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones, pidamos al Señor.
Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por la paz del mundo, pidamos al Señor.
Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz y penitencia, pidamos al Señor.
Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible tribunal de Cristo, pidamos al Señor.
Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DEL OFERTORIO
Señor Dios todopoderoso, único santo, que recibes el sacrificio da alabanza de los que a ti claman con todo el corazón acepta la súplica de nosotros pecadores y recíbela sobre tu santo altar; haznos capaces de presentarte dones y sacrificios espirituales por nuestros pecados y por la ignorancia del pueblo, y haznos dignos de hallar gracia ante ti, para que nuestro sacrificio te sea aceptable y el Espíritu de tu gracia more en nosotros, y en estos dones aquí presentes, y en todo tu pueblo.
SACERDOTE (en voz alta)
Por las misericordias de tu Hijo Unigénito, con quien eres bendito junto con tu santísimo, bondadoso y vivificador Espíritu, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
BESO Y CONFESIÓN
SACERDOTE: Paz a todos.
CORO: Y a tu espíritu.
DIÁCONO
Amémonos unos a otros, para que, unánimemente, confesemos.
CORO
Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: Trinidad, coesencial e indivisible.
O en las concelebraciones:
Te amaré Señor, fortaleza mía; el Señor es mi apoyo, mi refugio y mi libertador. [SAOGM]
DIÁCONO
¡Las puertas! ¡Las puertas! Con sabiduría atendamos.
TODOS
EL SÍMBOLO DE LA FE
Creo en un solo Dios Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Y en un solo Señor Jesús Cristo, unigénito Hijo de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos; Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma esencia que el Padre, por quien todo fue hecho. Quien por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió de los cielos, y se encarnó del Espíritu santo y de María la Virgen, y se hizo hombre. Fue crucificado por nosotros bajo Poncio Pilato, padeció y fue sepultado. Y resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. Y ascendió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre. Y de nuevo vendrá, con gloria, para juzgar a los vivos y a los muertos y su reino no tendrá fin. Y en el Espíritu santo, Señor, vivificador, que procede del Padre, que junto con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado, que habló por medio de los profetas. En la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados. Espero la resurrección de los muertos, y la vida en la era futura.
CORO: Amén.
SANTA OBLACIÓN
DIÁCONO
Dispongámonos bien. Dispongámonos con temor, estemos atentos a la santa oblación que ofrecemos en paz.
CORO
Misericordia de paz, sacrificio de alabanza.
SACERDOTE
La gracia de nuestro Señor Jesús Cristo, y el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu santo sean con todos ustedes.
CORO
Y con tu espíritu.
SACERDOTE
Elevemos los corazones.
CORO
Los tenemos hacia el Señor.
SACERDOTE
Demos gracias al Señor.
CORO
Es digno y justo.
SACERDOTE (en voz baja)
Digno y justo es cantarte, bendecirte, alabarte, darte gracias y adorarte en todos los lugares de tu señorío, pues eres Dios inefable, incomprensible, invisible, inconcebible, eterno y siempre el mismo, tú y tu Hijo unigénito y tu Espíritu santo. Tú de la nada nos trajiste a la existencia, y cuando caímos, nos volviste a levantar, y no dejaste de hacer todo, hasta elevarnos al cielo, y otorgarnos tu reino venidero. Por todo ello damos gracias, a ti y a tu Hijo unigénito, y a tu Espíritu santo, por todas las cosas ya conocidas o desconocidas, y por todos los beneficios que nos han sido concedidos, tanto manifiestos como ocultos. Te damos gracias también por esta liturgia que te dignaste aceptar de nuestras manos, aunque te asisten miles de arcángeles y millares de ángeles, querubines y serafines de seis alas y de múltiples ojos que se remontan en las alturas volando.
SACERDOTE (en voz alta)
Cantando el himno de la victoria, proclamando, exclamando y diciendo.
CORO
Santo, santo, santo, Señor Sabaot, plenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en las alturas: bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en las alturas.
SACERDOTE (en voz baja)
Con estas bienaventuradas potestades, Soberano y filántropo, nosotros también exclamamos y decimos: Santo eres y santísimo, tú y tu Hijo unigénito y tu Espíritu santo; Santo eres y santísimo, y magnífica es tu gloria, ya que de tal manera amaste al mundo que diste a tu Hijo unigénito para que todo el que crea en él no se pierda, sino que alcance la vida eterna; el cual, después de haber venido y cumplido toda la economía para con nosotros, en la noche en que fue entregado o más bien, se entregó por la vida del mundo, tomó pan en sus santas, puras e inmaculadas manos, habiendo dado gracias y bendecido, santificado y partido. Lo dio a sus santos discípulos y apóstoles, diciendo:
SACERDOTE (en voz alta)
¡Tomen, coman, esto es mi Cuerpo, que por ustedes es partido, para la remisión de los pecados!
CORO: Amén.
SACERDOTE (en voz baja)
Del mismo modo, después de haber cenado, tomó el cáliz diciendo:
SACERDOTE (en voz alta)
Beban todos de él; esta es mi sangre, la del nuevo testamento, que por ustedes y por muchos es derramada para la remisión de los pecados.
CORO: Amén.
SACERDOTE (en voz baja)
Conmemorando, por lo tanto, este mandato para la salvación y todo lo que por nosotros se ha cumplido, la cruz, la sepultura, la resurrección al tercer día, la ascensión a los cielos, la entronización a la diestra y el segundo y glorioso nuevo advenimiento.
SACERDOTE (en voz alta)
Te ofrecemos lo que es tuyo, de lo que es tuyo, en todo y por todo.
CORO
Te alabamos, te bendecimos, te damos gracias, Señor, y te suplicamos, oh Dios nuestro.
SACERDOTE (en voz baja)
Te ofrecemos aun este culto racional e incruento, y te rogamos, pedimos y suplicamos: envía tu Espíritu santo sobre nosotros y sobre estos dones aquí presentes.
DIÁCONO (en voz baja)
Bendice, soberano, el santo pan.
SACERDOTE (en voz baja)
Y haz de este pan el precioso Cuerpo de tu Cristo.
DIÁCONO (en voz baja)
Amén.
Bendice, soberano, el santo cáliz.
SACERDOTE (en voz baja)
Y de lo que está en este cáliz, la preciosa Sangre de tu Cristo.
DIÁCONO (en voz baja)
Amén.
Bendice, soberano, juntamente los santos Dones.
SACERDOTE (en voz baja)
Transmutándolos por tu Espíritu santo.
DIÁCONO (en voz baja)
Amén. Amén. Amén.
SACERDOTE (en voz baja)
A fin de que sean para quienes comulguen con ellos: purificación del alma, remisión de los pecados, comunión de tu Espíritu santo, plenitud del reino de los cielos, confianza ante ti, y no motivo de juicio o condenación. Te ofrecemos aún, este culto racional, por los que se han dormido en la fe: los progenitores, padres, patriarcas, profetas, apóstoles, predicadores, evangelistas, mártires, confesores, ascetas y por todo espíritu justo perfeccionado en la fe.
SACERDOTE (en voz alta)
Especialmente por la santísima, purísima, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre virgen María.
CORO
Himno a la Theotokos.
Digno es, en verdad, aclamarte a ti, Theotokos, la siempre bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios. A la más honorable que los querubines y más gloriosa, incomparablemente que los serafines; a ti, la que incorruptamente, diste a luz al Verbo de Dios, a la verdaderamente Theotokos, te exaltamos.
SACERDOTE (en voz baja)
Por las súplicas del santo profeta, precursor y bautista Juan, de los santos gloriosos y alabadísimos apóstoles, de san (N.) cuya memoria celebramos y de todos tus santos, visítanos Dios y acuérdate de todos cuantos se han dormido, en la esperanza de la resurrección a la vida eterna, (menciona los nombres de los difuntos) y concédeles el descanso Dios nuestro, donde resplandece la luz de tu rostro. Te imploramos de nuevo Señor, acuérdate de todo el episcopado ortodoxo que enseña rectamente la palabra de tu verdad, de todo el presbiterado, del diaconado en Cristo y todo el orden clerical y monástico. Te ofrecemos aún este culto racional por el mundo entero, por la Iglesia, santa, católica y apostólica; por quienes viven en pureza y decencia; por nuestras autoridades muy creyentes y amantes de Cristo. Concédeles, Señor, una nación pacífica para que nosotros también, en su serenidad, llevemos una vida tranquila y sosegada, con toda piedad y decencia.
SACERDOTE (en voz alta)
Primeramente acuérdate, Señor, de nuestro arzobispo (nombre): consérvalo para tus santas iglesias, en paz, seguridad, honor, salud, larga vida, y que enseñe rectamente la palabra de tu verdad.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Y de quienes tienen en mente cada uno; y de todos y de todas.
CORO
Y de todos y de todas.
SACERDOTE (en voz baja)
Acuérdate, Señor, de esta ciudad (o Monasterio, o Pueblo, o Isla) en que moramos, de toda ciudad y país y de los fieles que en ellos habitan. Acuérdate, Señor, de quienes viajan por tierra, mar y aire, de los enfermos, de los afligidos y de los cautivos, así como de su salvación. Acuérdate, Señor, de los que en tus santas Iglesias fructifican en buenas obras y de los que se acuerdan de los pobres, y envía sobre todos nosotros tu misericordia.
SACERDOTE (en voz alta)
Y concédenos que con una sola boca y un solo corazón glorifiquemos y alabemos tu honorabilísimo y magnífico nombre, del Padre y del Hijo y del Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
SACERDOTE
Que las misericordias de nuestro gran Dios y Salvador Jesús Cristo sean con todos ustedes.
CORO
Y con tu espíritu.
ORACIÓN DEL SEÑOR
DIÁCONO
Conmemorando a todos los santos, una vez más en paz roguemos al señor.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Por los preciosos dones ya ofrecidos y santificados, roguemos al Señor.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Para que nuestro Dios filántropo, quien los aceptó en su santo, celestial y racional altar como olor de fragancia espiritual, nos envíe la divina gracia y los dones del Espíritu santo, roguemos.
CORO: Señor, ten piedad.
Mostrar peticiones
__________
(Estas peticiones no se incluían originalmente. Probablemente fueron agregadas debido a la influencia de la Liturgia de los Dones Presantificados.)
DIÁCONO
Por nuestra liberación de toda tribulación, ira, peligro y necesidad, roguemos al Señor.
CORO
Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.
CORO
Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Que el día entero sea perfecto, santo, pacífico, y sin pecado, pidamos al Señor.
CORO (después de cada petición)
Concédelo, Señor.
DIÁCONO
Un ángel de paz, guía fiel y custodio de nuestras almas y cuerpos, pidamos al Señor.
Perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones, pidamos al Señor.
Cuanto es bueno y conveniente para nuestras almas, y por la paz del mundo, pidamos al Señor.
Que el tiempo restante de nuestra vida se complete en paz y penitencia, pidamos al Señor.
Un fin cristiano de nuestra vida, exento de dolor y vergüenza, pacífico, y una buena defensa ante el temible tribunal de Cristo, pidamos al Señor.
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Ocultar peticiones
DIÁCONO
Pidiendo por la unión de la fe y la comunión del Espíritu santo, encomendémonos cada uno a sí mismo, y unos a otros, y nuestra vida entera, a Cristo Dios.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE (en voz baja)
A ti encomendamos toda nuestra vida y esperanza, Soberano filántropo; te imploramos, pedimos y suplicamos: haznos dignos de participar de tus celestiales y temibles misterios, de esta tu santa y espiritual mesa, con una conciencia limpia, para la remisión de los pecados, para el perdón de las transgresiones, para la comunión del Espíritu santo, para herencia del reino de los cielos y para confianza frente a ti. No para pecar ni ser condenado.
SACERDOTE (en voz alta)
Y haznos dignos, Soberano, de atrevernos a invocarte con confianza y sin condenación, a ti, Dios y Padre celestial, y decirte:
TODOS
ORACIÓN DEL SEÑOR
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
SACERDOTE
Porque tuyos son el reino, y el poder, y la gloria: del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
INCLINACIÓN DE LAS CABEZAS
SACERDOTE: Paz a todos.
CORO: Y a tu espíritu.
DIÁCONO
Inclinemos la cabeza ante el Señor.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE (en voz baja)
Te damos gracias, rey invisible, que por tu ilimitado poder hiciste todas las cosas, por la plenitud de tu misericordia, trayéndolo todo de la nada a la existencia. Tú, Soberano, mira desde el cielo a los que inclinan ante ti su cabeza. Pues no la han inclinado ante la carne y la sangre sino ante ti, el temible Dios. Por lo tanto, Soberano, haz eficaz la presente oblación por todos nosotros, según las necesidades de cada cual: navega con los navegantes, acompaña a los viajeros, sana a los enfermos, tú que eres el médico de nuestras almas y cuerpos.
SACERDOTE (en voz alta)
Por la gracia, compasión y filantropía de tu Hijo Unigénito, con quien eres bendito, junto con tu santísimo, bondadoso y vivificador Espíritu, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
DIVINA COMUNIÓN
SACERDOTE (en voz baja)
Atiende Señor Jesús Cristo, Dios nuestro, desde tu santa morada y desde el trono de la gloria de tu reino, y ven a santificarnos, tú, que te asientas en las alturas con el Padre, y que estás aquí presente invisiblemente con nosotros; y dígnate concedernos, por tu poderosa mano, tu inmaculado Cuerpo y tu preciosa Sangre, y por nosotros a todo el pueblo.
DIÁCONO: ¡Atendamos!
SACERDOTE
Los santos para los santos.
CORO
Uno es santo, uno es Señor, Jesús Cristo, para la gloria de Dios Padre. Amén.
Mostrar las oraciones preparatorias para la comunión
TODOS
ORACIONES ANTES DE LA COMUNIÓN
Los siguientes textos de la comunión pueden variar de una parroquia a otra, dependiendo de las costumbres locales.
Creo Señor, y confieso, que en verdad eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido al mundo a salvar a los pecadores de los que yo soy el primero. También creo que éste es tu mismo inmaculado Cuerpo y que ésta es tu misma preciosa Sangre. Por eso te imploro: ten piedad de mí y perdona mis culpas, voluntarias e involuntarias, las de palabra o de obra, cometidas a sabiendas o en ignorancia, y hazme digno, sin condenación, de participar de tus inmaculados misterios, para el perdón de mis pecados y para la vida eterna. Amén.
Ahora que me acerco a la divina comunión, hacedor, no me consumas por comulgar; ya que tú eres fuego que abrasa al indigno, sino purifícame de toda mancha.
De tu cena mística, este día, Hijo de Dios, recíbeme a comulgar, pues no revelaré a tus enemigos tus misterios, ni un beso te daré como Judas, sino que, como el ladrón te confieso: ¡Acuérdate de mí, Señor, en tu reino!
Tiembla, hombre, cuando contemples la Sangre deificante; es una brasa que consume al indigno. El Cuerpo de Dios deifica y alimenta; deifica el espíritu y maravillosamente alimenta la mente.
Me sedujiste con ansia, Cristo, y con tu divino amor me convertiste. Consume ahora con fuego inmaterial mis pecados y hazme digno de saciarme del gozo que está en ti, para que saltando de alegría, bueno, magnifique tus dos advenimientos.
¿Cómo puedo yo, indigno, entrar en el esplendor de tus santos? Pues si me atrevo a entrar en la cámara nupcial mis vestidura me denunciará porque no es de bodas, y maniatado los ángeles me echarán. Limpia la inmundicia de mi alma y sálvame, Señor, pues eres filántropo.
Soberano, Filántropo, Señor Jesús Cristo, Dios mío, no sean para el juicio, por causa de mi indignidad, estos Santos Dones, sino para la purificación y santificación de mi alma y de mi cuerpo y para recibirlos como anticipo de la vida futura y tu reino; pues es bueno para mi aferrarme a Dios y poner en el Señor la esperanza de mi salvación.
De tu cena mística, este día, Hijo de Dios, recíbeme a comulgar, pues no revelaré a tus enemigos tus misterios, ni un beso te daré como Judas, sino que, como el ladrón te confieso: ¡Acuérdate de mí, Señor, en tu reino!
Ocultar las oraciones preparatorias para la comunión
CORO
Himno de la comunión. Salmo 148.
Alaben al Señor de los cielos. [SAOGM] ¡Aleluya!
DIÁCONO
Acérquense con respeto de Dios, con fe y con amor.
El sacerdote toma el santo cáliz de las manos del diácono y le da la comunión a cada uno diciendo: El (la) siervo (a) de Dios (N.) Comulga el valioso Cuerpo y Sangre del Señor, Dios y Salvador Jesús Cristo, para la remisión de tus pecados y para la vida eterna. Amén.
SACERDOTE
Salva, Dios, a tu pueblo y bendice a tu heredad.
CORO
Himno después de la comunión.
Tono 2.
Vimos la luz verdadera. Recibimos el Espíritu celestial. Encontramos la verdadera fe, adorando a la Trinidad indivisible, pues ella nos salvó.
DIÁCONO (en voz baja)
Eleva, soberano.
SACERDOTE (en voz baja)
Dios, elevada sea sobre los cielos y sobre toda la tierra tu gloria. (3 veces)
Bendito sea Dios nuestro.
SACERDOTE (en voz alta)
Eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
ACCIÓN DE GRACIAS
DIÁCONO
¡De pie! Habiendo comulgado los divinos, santos, inmaculados, inmortales, celestiales, vivificadores y estremecedores misterios de Cristo, agradezcamos dignamente al Señor.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.
CORO: Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Habiendo pedido que cada día entero sea perfecto, santo, pacífico, y sin pecado, encomendémonos cada uno a sí mismo, y unos a otros, y nuestra vida entera, a Cristo nuestro Dios.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE (en voz baja)
ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS
Te damos gracias, Soberano filántropo, bienhechor de nuestras almas, porque también este día nos has hecho dignos de tus celestiales e inmortales misterios. Enséñanos nuestro camino, afírmanos a todos en tu temor, guarda nuestra vida y asegura nuestros pasos, por las oraciones y súplicas de la gloriosa Theotokos y siempre virgen María y de todos tus santos.
SACERDOTE (en voz alta)
Porque tú eres nuestra santificación y a ti rendimos gloria: al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
DESPEDIDA
SACERDOTE: Salgamos en paz.
DIÁCONO: Roguemos al Señor.
CORO: Señor, ten piedad.
SACERDOTE
ORACIÓN DETRÁS DEL AMBÓN
Señor, que bendices a los que te bendicen, y santificas a los que ponen en ti su confianza, salva a tu pueblo y bendice tu heredad. Conserva la plenitud de tu Iglesia; santifica a los que aman la hermosura de tu morada. Glorifícalos tú también por tu divino poder y no abandones a quienes ponemos en ti nuestra esperanza. Otorga la paz al mundo, a tus Iglesias, a los sacerdotes, a nuestras autoridades, al ejército y a todo tu pueblo, porque toda buena gracia y todo don perfecto provienen de lo alto y descienden de ti, Padre de las luces; y a ti rendimos gloria, agradecimiento y adoración, Padre, Hijo y Espíritu santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
Sea el nombre del Señor bendecido desde ahora y por los siglos. [SAOGM] (3 veces)
ORACIÓN DURANTE LA RECOLECCIÓN DE LOS DONES
SACERDOTE (en voz baja)
Cristo Dios nuestro, que eres el cumplimiento de la ley y de los profetas, que consumaste plenamente el designio del Padre, llena nuestros corazones de júbilo y regocijo, eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
OFICIO
DE LA GRAN BENDICIÓN DE LAS AGUAS
DE TEOFANÍA
CORO
Tono 8 (plagal 4).
La voz del Señor sobre las aguas clama, diciendo: Vengan todos y reciban al Espíritu de sabiduría, al Espíritu de inteligencia, al Espíritu del temor de Dios, del Cristo que se ha manifestado. [SAOGM] (3 veces)
Hoy es santificada la naturaleza de las aguas, y el Jordán es partido, deteniendo las corrientes de sus aguas al ver lavarse en ellas al Dueño de todo. [SAOGM] (2 veces)
Cristo Rey, has venido al río como hombre, y en tu bondad te apresuras a recibir el bautismo propio de un siervo de manos del Precursor, por causa de nuestros pecados, Amante de los hombres. [SAOGM] (2 veces)
Gloria. Ahora y siempre. Tono 8 (plagal 4).
A la voz del que clamaba en el desierto, ‘Preparen el camino del Señor,’ has acudido, Señor, tomando la forma de siervo, y tú que no conoces pecado pides ser bautizado. Viéndote las aguas temieron; el Precursor temblando exclamó: “¿Cómo podrá el candil iluminar la Luz? ¿Cómo podrá tocar el siervo al Dueño? Salvador, que quitas los pecados del mundo, santifícame a mí junto con las aguas.” [SAOGM]
LECTOR
Lectura de la profecía de Isaías.
DIÁCONO
¡Sabiduría! ¡Atendamos!
LECTOR
Is. 35:1-10
Oráculo del Señor: Que se alegren desierto y sequedal, que se regocije y florezca la estepa; que estalle en flores y se regocije, que lance gritos de júbilo. Le va a ser dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Podrá verse la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos débiles, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón inquieto: ¡Sean fuertes, no teman! Miren que llega su Dios vengador, Dios que les trae la recompensa; él vendrá y los salvará. Entonces se abrirán los ojos del ciego, las orejas de los sordos se destaparán. Entonces saltará el cojo como ciervo, la lengua del mudo gritará de júbilo. Pues manarán aguas en el desierto y correrán torrentes por la estepa; la paramera se trocará en estanque, y el país árido en manantial de aguas. En la guarida de los chacales verdeará la caña y el papiro. Habrá allí una senda purificada, que la llamarán Vía Sacra; no pasará el impuro por ella, ni los necios por ella vagarán. No habrá leones en ella, ni por ella subirá bestia salvaje; los rescatados la recorrerán. Los redimidos del Señor volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones: precedidos por alegría eterna, seguidos de regocijo y alegría. ¡Adiós, penas y suspiros! [BJ-SAOGM]
LECTOR
Lectura de la profecía de Isaías.
DIÁCONO
¡Sabiduría! ¡Atendamos!
LECTOR
Is. 55:1-13
Oráculo del Señor: ¡Sedientos todos, vayan por agua; los que no tienen dinero, vengan; compren y coman de balde, vino y leche sin pagar! ¿A qué gastar en lo que no alimenta y fatigarse por lo que no sacia? Háganme caso y comerán bien, disfrutarán con algo sustancioso. Escúchenme y acudan a mí; oigan, y su vida prosperará. Haré con ustedes una alianza eterna: las fieles promesas hechas a David. Le nombré testigo de las naciones, caudillo y legislador de los pueblos. Llamarás a un pueblo que no conocías, un pueblo que no te conocía a ti correrá, por amor del Señor tu Dios, por el Santo de Israel, que te honra. Busquen al Señor mientras se deja encontrar; invoquen al Señor mientras está cercano. Que el malvado abandone su conducta, el hombre inicuo sus pensamientos, y se vuelva al Señor, el compasivo, a nuestro Dios, generoso en perdón. Porque mis pensamientos no son sus pensamientos, ni sus proyectos son mis proyectos —oráculo del Señor—. Pues cuanto se elevan los cielos sobre la tierra, del mismo modo se elevan mis proyectos sobre los suyos y mis pensamientos sobre los suyos. Del mismo modo que descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá de vacío, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y produzca pan para comer, así será la palabra de mi boca: no tornará a mí de vacío, pues realizará lo que me he propuesto y será eficaz en lo que le mande. Con alegría saldrán, conducidos en paz; montes y colinas aclamarán a su paso, y pasarán entre los aplausos de todos los árboles del campo. En lugar del espino crecerá el ciprés; en lugar de la ortiga crecerá el mirto. Será para renombre del Señor, para señal eterna e imborrable. [BJ-SAOGM]
LECTOR
Lectura de la profecía de Isaías.
DIÁCONO
¡Sabiduría! ¡Atendamos!
LECTOR
Is. 12:3-6
Oráculo del Señor: Sacarán agua con gozo de los hontanares de salvación, y dirán aquel día: «Den gracias al Señor, aclamen su nombre, divulguen entre los pueblos sus hazañas, pregonen que es sublime su nombre. Canten al Señor, porque ha hecho proezas, algo digno de saberse en toda la tierra. Griten de gozo y de júbilo, moradores de Sión: grande es en medio de ti el Santo de Israel.» [BJ-SAOGM]
Lectura apostólica
DIÁCONO
¡Atendamos!
LECTOR
Proquímeno. Tono 4. Salmo 26.
El Señor es mi luz y mi salvación.
Verso: El Señor es el refugio de mi vida. [BJ-SAOGM]
DIÁCONO
¡Sabiduría!
LECTOR
Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios.
DIÁCONO
¡Atendamos!
LECTOR
1 Co. 10:1-4
Hermanos, no quiero que ignoren que nuestros antepasados estuvieron todos bajo la nube y que todos atravesaron el mar, de modo que todos quedaron vinculados a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar. Además todos comieron el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo. [BJ-SAOGM]
SACERDOTE
Paz a ti lector.
CORO
Aleluya. Tono 7 (grave). Salmo 44.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Verso 1: Un bello tema bulle en mi corazón. [BJ-SAOGM]
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
Verso 2: Eres vistoso en hermosura, más que los hijos de los hombres.
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
DIÁCONO
¡Sabiduría! ¡De pie! Escuchemos el santo Evangelio.
SACERDOTE: Paz a todos.
CORO: Y a tu espíritu.
DIÁCONO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
SACERDOTE
¡Atendamos!
CORO
¡Gloria a ti, Señor, gloria a ti!
DIÁCONO
Mc. 1:9-11
En aquel tiempo, vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba sobre él. Entonces se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco.» [BJ-SAOGM]
SACERDOTE
Paz a ti, evangelizador.
CORO
¡Gloria a ti, Señor, gloria a ti!
DIÁCONO
En paz, roguemos al Señor.
CORO (después de cada petición)
Señor, ten piedad.
DIÁCONO
Por la paz de lo alto y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las santas Iglesias de Dios y la unión de todos, roguemos al Señor.
Por esta santa morada y por todos los que en ella entran con fe, devoción y temor de Dios, roguemos al Señor.
Por los cristianos piadosos y ortodoxos, roguemos al Señor.
Por nuestro arzobispo (N.), el honorable presbiterado y el diaconado en Cristo; por todo el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Por nuestra piadosa nación, por toda autoridad y poder roguemos al Señor.
Por esta ciudad (Monasterio, Pueblo, o Isla), por toda ciudad y país, y por los fieles que en ellos habitan, roguemos al Señor.
Por un clima benéfico, por la abundancia de los frutos de la tierra y por tiempos pacíficos, roguemos al Señor.
Por quienes viajan por mar, tierra o aire, por los enfermos, los afligidos, los cautivos y por su salvación, roguemos al Señor.
Para que esta agua sea santificada, con el poder, la acción y la venida del Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Para que venga sobre esta agua la acción purificadora de la Santísima Trinidad suprasubstancial, roguemos al Señor.
Para que a estas aguas sea concedida la gracia de la redención y la bendición del Jordán, roguemos al Señor.
Para que seamos iluminados por la luz de la sabiduría y de la piedad, por el descenso del Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Para que esta agua sea un don de santificación, remisión de pecados, curación de almas y cuerpos, para todo buen propósito, roguemos al Señor.
Para que esta agua brote como manantial de vida eterna, roguemos al Señor.
Para que sea prevención contra toda asechanza de nuestros enemigos visibles e invisibles, roguemos al Señor.
Por los que la reciban y la lleven para la santificación de sus hogares, roguemos al Señor.
Para que sea purificación de alma y cuerpo de todos los que la reciban y la beban, roguemos al Señor.
Para que seamos dignos de ser infundidos de santificación por tomar de estas aguas, por la manifestación invisible del Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Para que el Señor Dios escuche la voz de suplica de nosotros que somos pecadores y que tenga piedad de nosotros, roguemos al Señor.
Por nuestra liberación de toda tribulación, ira, peligro y necesidad, roguemos al Señor.
Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y protégenos, Dios, por tu gracia.
Conmemorando a la Santísima, pura, benditísima, y gloriosa doncella nuestra, la Theotokos y siempre Virgen María; con todos los santos, encomendémonos cada uno a sí mismo y unos a otros y nuestra vida entera a Cristo nuestro Dios.
CORO: A ti, Señor.
El sacerdote, habiendo terminando la oración anterior, dice lo siguiente alzando su voz:
SACERDOTE
Grande eres, Señor, y maravillosas tus obras, y ninguna palabra es suficiente para cantar Tus maravillas. [SAOGM] (3 veces)
CORO
¡Gloria a ti, Señor, gloria a ti!
SACERDOTE
Porque Tú, por tu propia voluntad, de la nada has traído todas las cosas a la existencia, y por tu poder mantienes toda la creación, y por tu providencia ordenas el mundo Constituiste con los cuatro elementos la creación; coronaste el ciclo del año con cuatro estaciones. Ante ti tiemblan todas las potestades razonables. El sol canta tus alabanzas, y la luna te glorifica; las estrellas interceden contigo. Te obedece la luz. Ante Ti se estremecen los abismos; los manantiales te sirven. Extendiste los cielos como una cortina. Estableciste la tierra sobre las aguas. Rodeaste los mares de arena. Derramaste el aire para el aliento.
Las potestades angelicales te sirven. Los coros de arcángeles te adoran. Los querubines de múltiples ojos y los serafines de seis alas, estando en derredor y volando, se cubren de temor ante tu inaccesible gloria.
Porque Tú, el Dios incircunscrito, sin comienzo e inefable, descendiste a la tierra, tomando la forma de un siervo y haciéndote a semejanza del hombre. Pues no toleraba tu entrañable misericordia, Dueño ver a la raza de los hombres bajo la tiranía del diablo, porque viniste a salvarnos. Confesamos tu gracia; proclamamos tu misericordia; no escondemos tu beneficencia. Libertaste a los hijos de nuestra naturaleza; por tu nacimiento santificaste el seno de la Virgen. Toda la creación canta tus alabanzas, Tú que te manifestaste. Porque Tú, Dios nuestro, apareciste en la tierra y habitaste entre los hombres. Santificaste las corrientes del Jordán, enviando desde el cielo a tu santísimo Espíritu, y aplastaste la cabeza de los dragones que allí habitaban.
Por tanto, Rey que amas a los hombres, está presente ahora, por el descenso de tu Espíritu Santo, y santifica esta agua. [SAOGM] (3 veces)
CORO: Amén.
SACERDOTE
Y concédele la gracia de la redención, la bendición del Jordán. Haz de ella una fuente de incorrupción, un don de santificación. una remisión de pecados, un remedio de enfermedades, una destrucción de demonios, inaccesible a las potestades hostiles, llenada de poder angelical, a fin de que sea para los que la reciban y la tomen para purificación de sus almas y cuerpos, para curación de las pasiones, para santificación de sus hogares y para todo buen propósito.
Pues Tú eres nuestro Dios, que por el agua y el Espíritu, renovaste nuestra naturaleza envejecida por el pecado. Tú eres nuestro Dios, que por el agua ahogaste el pecado en los días de Noé. Tú eres nuestro Dios, que por el mar, por medio de Moisés, libertaste a los hebreos de la esclavitud de Faraón. Tú eres nuestro Dios, que partiste la roca en el desierto de modo que las aguas brotaron y se desbordaron los arroyos, y saciaste a tu pueblo sediento. Tú eres nuestro Dios, que por agua y fuego, por medio de Ellas, volviste a Israel del error de Baal.
Tú mismo, Señor, santifica ahora esta agua por tu Espíritu Santo. [SAOGM] (3 veces)
CORO: Amén.
SACERDOTE
Concede a todos los que la toquen, con ella se unjan, y participen de ella, santificación, bendición, purificación y salud. Salva, Señor, a nuestros gobernantes fieles. Y guárdalos en paz bajo tu amparo. Somete bajo sus pies a todo enemigo y adversario; concédeles todas sus peticiones que sean por la salvación y la vida eterna. Acuérdate, Señor, de nuestro Arzobispo (N.), de todo el presbiterio, del diaconado en Cristo, y de toda orden sacerdotal, y de todo el pueblo aquí presente, lo mismo que de nuestros hermanos que están ausentes por causa justa, y ten piedad de ellos y de nosotros, según tu gran piedad.
Para que por los elementos, por los ángeles, y por los hombres, por todas las cosas visibles e invisibles, sea glorificado tu santísimo nombre, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
SACERDOTE Paz a todos.
CORO: Y a tu espíritu.
SACERDOTE
Inclinemos la cabeza ante el Señor.
CORO: A ti, Señor.
SACERDOTE
El sacerdote inclina la cabeza y ora:
Inclina tu oído y escúchanos, Señor, que te dignaste ser bautizado en el Jordán y santificaste las aguas. Bendícenos a todos, quienes por la inclinación de nuestras cabezas señalamos nuestra sumisión, y haznos dignos de ser santificados por participar de esta agua y por ser rociados con ella, para que sea, Señor, para la salud de nuestras almas y cuerpos.
Porque Tú eres la santificación de nuestras almas y cuerpos y te rendimos gloria, gracias y adoración, con Tu Padre que es sin origen, y Tu Santísimo Espíritu Bueno y Vivificador, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
Luego, el sacerdote, teniendo con las dos manos la preciosa cruz y el ramaje de albahaca, bendice el agua sumergiéndolas verticalmente y trazando con ellas la señal de la cruz, mientras canta el apolitiquio de la fiesta.
SACERDOTE
Apolitiquio. Tono 1.
Cuando fuiste bautizado oh Señor, en el Jordán, la adoración a la Trinidad fue manifestada. Porque la voz del Padre dio testimonio de Ti, llamándote: Hijo Amado; y el Espíritu en forma de paloma, confirmó la certeza de la palabra. Oh Cristo nuestro Dios que apareciste e iluminaste al mundo, gloria a Ti. [unES]
Los coros cantan este himno dos veces más, y cada vez el sacerdote repite sus acciones según lo descrito anteriormente.
CORO
Apolitiquio. Tono 1.
Cuando fuiste bautizado oh Señor, en el Jordán, la adoración a la Trinidad fue manifestada. Porque la voz del Padre dio testimonio de Ti, llamándote: Hijo Amado; y el Espíritu en forma de paloma, confirmó la certeza de la palabra. Oh Cristo nuestro Dios que apareciste e iluminaste al mundo, gloria a Ti. (2 veces)
Luego, el sacerdote, sosteniendo con la mano derecha el ramaje de albahaca y con la izquierda la preciosa cruz, rocía en forma de cruz el templo y a los fieles, mientras canta el condaquio.
El 5 de Enero:
Condaquio. Por la pre-fiesta.
Tono 4.
Hoy el Señor se presenta en las corrientes del Jordán, exclamando a Juan y diciendo: “No temas bautizarme; porque si he venido es para salvar al primer creado Adán.” [unES]
Mientras los fieles besan la cruz y el sacerdote los rocía con agua bendita, el coro canta el siguiente himno:
CORO
Tono 6 (plagal 2).
Alabemos, fieles, la grandeza de la dispensación de Dios por nosotros, porque el que se hizo hombre por causa de nuestras transgresiones, y es el único puro y libre de mancha, para purificarnos se purificó en el Jordán, para santificarme a mí y las aguas y aplastar las cabezas de los dragones del agua. Tomemos las aguas con gozo, hermanos, porque sobre los que las tomen con fe, se concede invisiblemente la gracia del Espíritu por Cristo el Dios y Salvador de nuestras almas. [SAOGM]
DIÁCONO: Roguemos al Señor.
CORO: Señor, ten piedad.
SACERDOTE
La bendición del Señor y su misericordia vengan sobre ustedes, por su divina gracia y su filantropía, eternamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
CORO: Amén.
SACERDOTE
Gloria a ti, Dios nuestro. Gloria a ti.
El que se dignó a ser bautizado por Juan en el Jordán, para nuestra salvación, y que resucitó de entre los muertos, Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.
CORO
Al que nos bendice y santifica, conserva Señor, por muchos años.
SACERDOTE
Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor Jesús Cristo Dios, ten piedad de nosotros y sálvanos.
CORO: Amén.