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Hieraticón

Liturgia

Octóijos - Tono 5 (plagal 1).

Jueves por la mañana

Menaion - 3 de Octubre

Memoria de San Dionisio el Aeropagita

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LITURGIA

Primera antífona. Tono 2.

Verso 1: Bueno es alabar al Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. [BASJ]

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.

Verso 2: Para anunciar por la mañana tu misericordia y tu fidelidad por la noche.

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.

Verso 3: Es recto el Señor, nuestro Dios, y no hay injusticia en él.

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.


Segunda antífona. Tono 2.

Verso 1: El Señor reinó, se vistió de hermosura, se vistió el Señor de fortaleza y se ciñó. [BASJ]

O:

Verso 1: Vengan, regocíjense en el Señor, celebremos las glorias de Dios, salvador nuestro. [BASJ]

Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!

Verso 2: Porque afirmó la redondez de la tierra, que no será conmovida.

O:

Verso 2: Presentémonos ante su rostro con alabanza, celebrémosle con salmos. Porque el Señor es un Dios grande y un rey grande sobre todos los dioses.

Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!

Verso 3: La santidad es el adorno de tu casa, Señor, por largos días.

O:

Verso 3: Porque en su mano están todos los confines de la tierra; son suyas las alturas de los montes. Porque suyo es el mar, él lo hizo y sus manos formaron la tierra árida.

Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Hijo Unigénito y Verbo de Dios: tú que eres inmortal; accediste para nuestra salvación, a encarnarte de la santa Teotocos y siempre virgen María, inalterado te hiciste hombre; crucificado, Cristo Dios, con tu muerte a la muerte venciste; eres uno de la santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo: ¡Sálvanos!


Tercera antífona.

Apolitiquio. Por el hieromártir.

Tono 4.

Destacado por tu educación moral, por tu seriedad y tu firmeza en todo, y siendo revestido de la conciencia recta de un sacerdote, tú retiraste los misterios inefables del vaso escogido; y después de haber guardado la fe, terminaste una carrera similar, oh Hieromártir Dionisio. Intercede con Cristo nuestro Dios, pidiéndole que salve nuestras almas. [JB]


Himno de la entrada. Tono 2.

Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo. Sálvanos, Hijo de Dios, el admirable entre los santos. Te cantamos, ¡Aleluya!


Himnos después de la pequeña entrada.

Apolitiquio. Por el hieromártir.

Tono 4.

Destacado por tu educación moral, por tu seriedad y tu firmeza en todo, y siendo revestido de la conciencia recta de un sacerdote, tú retiraste los misterios inefables del vaso escogido; y después de haber guardado la fe, terminaste una carrera similar, oh Hieromártir Dionisio. Intercede con Cristo nuestro Dios, pidiéndole que salve nuestras almas. [JB]

Se canta el apolitiquio de la comunidad local. Después:


Contaquio del día. Por los apóstoles.

Tono 2. Melodía modelo (aftómelon).

Τοὺς ἀσφαλεῖς.

Oh Señor, a los líderes de los apóstoles, aquellos predicadores firmes y temerosos de Dios, les has llevado al descanso eterno y al goce de tus bendiciones. Pues aceptaste sus labores y su muerte como un holocausto, porque solo Tú conoces los corazones. [JB]


HIMNO TRISAGIO

Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.


Lectura apostólica

Por el hieromártir.

Proquímeno. Tono 7 (grave). Salmo 149.

Exulten los fieles ante su gloria, desde su lugar griten de alegría. [BJ-SAOGM]

Verso: Canten al Señor un cántico nuevo. [BJ-SAOGM]

Lectura de los Hechos de los Apóstoles.

Hch. 17:16-34

Por aquellos días, mientras Pablo les esperaba en Atenas, sentía indignación en su interior al ver la ciudad llena de ídolos. Discutía en la sinagoga con los judíos y con los que adoraban a Dios; y lo mismo hacía diariamente en el ágora con los que por allí se encontraban. Trababan también conversación con él algunos filósofos epicúreos y estoicos. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?» Otros comentaban: «Parece ser un predicador de divinidades extranjeras.» Lo decían porque anunciaba a Jesús y hablaba de la resurrección. Un día lo tomaron consigo y lo llevaron al Areópago. Una vez allí, le preguntaron: «¿Podemos saber cuál es esa nueva doctrina que tú expones? Es que te oímos decir cosas extrañas y querríamos saber qué significan.» Todos los atenienses y los forasteros que residían allí sólo sabían pasar el tiempo contando u oyendo la última novedad. Pablo, de pie en medio del Areópago, comenzó así: «Atenienses, veo que ustedes son, por todos los conceptos, los más respetuosos de la divinidad. Pues al pasar y contemplar sus monumentos sagrados, he encontrado también un altar en el que estaba grabada esta inscripción: ‘Al Dios desconocido.’ Pues bien, vengo a anunciarles lo que adoran sin conocer. «El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la tierra, no habita en santuarios fabricados por mano de hombres; ni es servido por manos humanas, como si de algo estuviera necesitado él, que a todos da la vida, el aliento y demás cosas. Él creó, de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la tierra, y fijó los tiempos determinados y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen a la divinidad, para ver si a tientas la buscaban y la hallaban. Pero no pensemos que se encuentra lejos de cada uno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos, como han dicho algunos de ustedes: ‘Porque somos también de su linaje.’ Si somos, pues, del linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea algo semejante al oro, la plata o la piedra, modelados por el arte y el ingenio humanos. Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse, porque ha fijado el día en que va a juzgar al mundo según justicia, por medio del hombre que ha destinado, y del que ha dado garantía ante todos al resucitarlo de entre los muertos.» Al oír que mencionaba la resurrección de los muertos, algunos se burlaron de él, y otros dijeron: «Sobre esto ya te oiremos otra vez.» Entonces Pablo los dejó allí y se marchó. Pero algunas personas se adhirieron a él y creyeron, entre ellos Dionisio Areopagita, una mujer llamada Damaris y algunos otros junto con ellos. [BJ-SAOGM]


Aleluya. Tono 1. Salmo 88.

¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Verso 1: Los cielos celebrarán, Señor, tus maravillas. [BASJ]

¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Verso 2: Dios es glorificado en el consejo de los santos.

¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Evangelio

Jueves de la Tercera Semana de Lucas

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

Lc. 7:17-30

En aquel tiempo, lo que se decía de Jesús se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina. Los discípulos de Juan le llevaron todas estas noticias. Entonces él, llamando a dos de ellos, los envió a preguntar al Señor: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?» Aquellos hombres se acercaron a él y le dijeron: «Juan el Bautista nos ha enviado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro.» En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Después les dijo: «Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva. ¡Y dichoso aquel a quien yo no le sirva de escándalo!» Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salieron a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten magníficamente y viven con molicie están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Desde luego que sí, y más que un profeta. De éste es de quien está escrito: Voy a enviar a mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. Les digo que, entre los nacidos de mujer, no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él.» Toda la gente que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la salvación que Dios les ofrecía y se hicieron bautizar con el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los legistas, al no aceptar su bautismo, frustraron el plan que Dios tenía para con ellos. [BJ-SAOGM]


Himno a la Teotocos.

Digno es, en verdad, aclamarte a ti, Teotocos, la siempre bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios. A la más honorable que los querubines y más gloriosa, incomparablemente que los serafines; a ti, la que incorruptamente, diste a luz al Verbo de Dios, a la verdaderamente Teotocos, te exaltamos.


Himno de la comunión. Salmo 18.

Su proclamación se ha divulgado por la tierra y sus palabras hasta los confines de la tierra. [BASJ] ¡Aleluya!


Himno después de la comunión.

Tono 2.

Vimos la luz verdadera. Recibimos el Espíritu celestial. Encontramos la verdadera fe, adorando a la Trinidad indivisible, pues ella nos salvó.


DESPEDIDA

Gloria a ti, Cristo Dios nuestro. Gloria a ti.

Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, del santo y glorioso hieromártir Dionisio el Aeropagita, cuya memoria celebramos; y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.


Normas de Ayuno

Hoy toda clase de comida es permitida.