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Hieraticón

Liturgia

Menaion - 16 de Septiembre

Memoria de la santa y gran mártir Eufemia

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LITURGIA

Primera antífona. Tono 2. Salmo 21.

Verso 1: Dios, Dios mío, mírame; ¿por qué me has desamparado? [BASJ]

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.

Verso 2: Las voces de mis delitos alejan de mí la salvación.

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.

Verso 3: Dios mío, clamaré durante el día y no me oirás.

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.

Verso 4: Pero tú habitas en el lugar santo, oh gloria de Israel.

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.

Gloria. Ahora y siempre.

Por las intercesiones de la Teotocos, Salvador, sálvanos.


Segunda antífona. Tono 2. Salmo 73.

Verso 1: ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? [BASJ]

Sálvanos, Hijo de Dios, tú que fuiste crucificado en la carne. Te cantamos, ¡Aleluya!

Verso 2: Acuérdate de tu comunidad, que poseíste desde el principio.

Sálvanos, Hijo de Dios, tú que fuiste crucificado en la carne. Te cantamos, ¡Aleluya!

Verso 3: El monte de Sión, en el que habitaste.

Sálvanos, Hijo de Dios, tú que fuiste crucificado en la carne. Te cantamos, ¡Aleluya!

Verso 4: Dios, rey nuestro antes de los siglos, obró la salvación en medio de la tierra.

Sálvanos, Hijo de Dios, tú que fuiste crucificado en la carne. Te cantamos, ¡Aleluya!

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Hijo Unigénito y Verbo de Dios: tú que eres inmortal; accediste para nuestra salvación, a encarnarte de la santa Teotocos y siempre virgen María, inalterado te hiciste hombre; crucificado, Cristo Dios, con tu muerte a la muerte venciste; eres uno de la santa Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo: ¡Sálvanos!


Tercera antífona. Tono 1. Salmo 98.

Verso 1: El Señor reinó, tiemblen los pueblos. [BASJ]

Verso 2: El Señor es grande en Sión, ensalzado sobre todos los pueblos.

Verso 3: Den gloria a tu gran nombre.

Apolitiquio. Por la cruz. Tono 1.

Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad; concede la victoria a los cristianos ortodoxos sobre sus adversarios, y preserva a los que te pertenecen, por el poder de tu Cruz. [CA-SAOGM]


Himno de la entrada. Tono 2.

Vengan, adoremos y postrémonos ante Cristo. Sálvanos, Hijo de Dios, tú que fuiste crucificado en la carne. Te cantamos, ¡Aleluya!


Himnos después de la pequeña entrada.

Apolitiquio. Por la cruz.

Del Menaion - - -

Tono 1.

Salva Señor a tu pueblo y bendice tu heredad; concede la victoria a los cristianos ortodoxos sobre sus adversarios, y preserva a los que te pertenecen, por el poder de tu Cruz. [CA-SAOGM]

Por la santa.

Apolitiquio.

Del Menaion - - -

Tono 4.

Κατεπλάγη Ἰωσήφ.

Tu corderilla, oh Jesús, Te clama en voz alta: “Te anhelo Novio mío, y buscándote contiendo y soy crucificada y enterrada en el bautismo, y por Ti sufro para poder reinar contigo. Muero por Ti para vivir en Ti. Y como sacrificio sin mancha acéptame a mí que con anhelo me sacrifico”. Por sus intercesiones, oh Compasivo, salva nuestras almas. [unES]

Se canta el apolitiquio de la comunidad local. Después:


Del Menaion - - -

Contaquio.

Tono 4. Melodía modelo (aftómelon).

Ὁ ὑψωθεὶς ἐν τῷ Σταυρῷ.

Oh Tú que voluntariamente sobre la Cruz fuiste levantado, ten misericordia del nuevo pueblo llamado por tu Nombre, alegra con tu poder a los creyentes, oh Cristo Dios, otorgándoles victoria sobre el enemigo y que les sea tu auxilio un arma de paz y triunfo invencible. [unES]


HIMNO TRISAGIO

Santo Dios, santo Poderoso, santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.


Lectura apostólica

Por la santa.

Proquímeno. Tono 4. Salmo 67.

Maravilloso es Dios en sus santos. [BASJ]

Verso: Bendigan en la asamblea al Señor Dios. [BASJ]

Lectura de la segunda carta de san Pablo a los Corintios.

2 Co. 6:1-10

Hermanos, como cooperadores suyos que somos, los exhortamos a que no reciban en vano la gracia de Dios. Dice él en la Escritura: “En el tiempo favorable te escuché, y en el día de la salvación te ayudé”. ¡Pues éste es el tiempo favorable; éste es el día de la salvación!. A nadie damos ocasión alguna de tropiezo, para que nadie se mofe del ministerio; antes bien, nos manifestamos en todo como ministros de Dios, soportando con frecuencia tribulaciones, necesidades y angustias; azotes, cárceles y algaradas; fatigas, desvelos y ayunos. Y lo hacemos con nobleza, ciencia, paciencia y bondad, con la ayuda del Espíritu Santo y apoyándonos en una caridad sincera; ofreciendo un mensaje veraz y contando con el poder de Dios; usando las armas de la justicia a diestra y siniestra. Nuestra vida discurre entre el honor y el agravio, entre la calumnia y la buena fama. Nos tienen por impostores, aunque somos veraces; por desconocidos, aunque nos conocen bien; por moribundos, aunque estamos vivos; por castigados, aunque no condenados a muerte; por gente triste, aunque estamos siempre alegres; por pobres, aunque enriquecemos a muchos. En fin, creen que no tenemos nada, aunque todo lo poseemos. [BJ-SAOGM]


Aleluya. Tono 4. Salmo 39.

¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Verso 1: Yo esperaba impaciente al Señor. [BJ-SAOGM]

¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Verso 2: Asentó mis pies sobre roca.

¡Aleluya, aleluya, aleluya!

Evangelio

Por la santa.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

Lc. 7:36-50

En aquel tiempo, un fariseo rogó a Jesús que comiera con él. Entró en la casa del fariseo y se puso a la mesa. Había en el pueblo una mujer pecadora pública. Al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume y, poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar. Con sus lágrimas le humedecía los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. El fariseo que le había invitado, al ver la escena, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando: una pecadora.» Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» Él respondió: «Di, maestro.» «Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?» Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» Jesús le dijo: «Has juzgado bien.» Después, volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha humedecido mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite, pero ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus numerosos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.» Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.» Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona los pecados?» Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.» [BJ-SAOGM]


Himno a la Teotocos.

Digno es, en verdad, aclamarte a ti, Teotocos, la siempre bienaventurada e inmaculada, y Madre de nuestro Dios. A la más honorable que los querubines y más gloriosa, incomparablemente que los serafines; a ti, la que incorruptamente, diste a luz al Verbo de Dios, a la verdaderamente Teotocos, te exaltamos.


Himno de la comunión. Salmos 64, 101.

Bienaventurados aquellos que escogiste y tomaste, Señor. Su recuerdo va de generación en generación. [BASJ] ¡Aleluya!


Himno después de la comunión.

Tono 2.

Vimos la luz verdadera. Recibimos el Espíritu celestial. Encontramos la verdadera fe, adorando a la Trinidad indivisible, pues ella nos salvó.


DESPEDIDA

Gloria a ti, Cristo Dios nuestro. Gloria a ti.

Cristo, verdadero Dios nuestro, por las intercesiones de su purísima e inmaculada Madre, por el poder de la vivificante y preciosa Cruz, la protección de las celestiales potestades incorpóreas, las súplicas del venerable y glorioso profeta, precursor y bautista Juan, de los santos, gloriosos y alabadísimos apóstoles, de los santos, gloriosos y victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres, (santo patrono del templo local); de los santos y justos familiares del Señor, Joaquín y Ana, de la santa y gloriosa gran mártir Eufemia, cuya memoria celebramos; y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y sálvanos, pues eres un Dios bondadoso y filántropo.


Normas de Ayuno

Hoy toda clase de comida es permitida.